La primera conclusión es que el hecho de que América del Sur seanactualmente el centro de la pandemia en el mundo es responsabilidad directa de los gobiernos de la región. Falta de coordinación política entre los entes provinciales y el gobierno central; falta o tardanza del reconocimiento de la gravedad del brote de Covid-19 por parte de algunos presidentes; mala comunicación y pocos incentivos para que la población se quede en casa, son algunos de los problemas más recurrentes identificados.

Más allá de la cuestión de salud, la incertidumbre acerca del futuro socioeconómico es una de las principales preocupaciones de la región. Si ya veníamos en un periodo de bajo crecimiento económico, el pronóstico es de gran caída del PBI en todos los países, con grave impacto en la recaudación. En comparación con países de Europa, es preocupante la falta de inversión gubernamental en servicios públicos, garantía de los empleos y auxilios económicos a los trabajadores.

Aparte de Argentina, la evaluación general en los otros países es que los Estados están una vez más enfocados en rescatar los grandes empresarios y empresas, y no los trabajadores o pequenas y medianas empresas. Entre las medidas sociales para los trabajadores, la distribución de una renta básica de emergencia para trabajadorxs desempleados o autónomos fue aprobada en Brasil y Chile (en Brasil a través de la oposición en el parlamento). Aunque sean importantes para evitar la hambruna, esas medidas son mínimas, al ofrecer a los trabajadorxs más o menos 100 dólares mensuales.

Otro punto recurrente en la reunión fue la cuestión del trabajo: la seguridad en el trabajo, el teletrabajo en el servicio público y el desempleo son problemas claros para la inequidad social, calidad de los servicios públicos, salud mental, recaudación y desarrollo del Estado.

Frente a la profundización rápida de la crisis, a los nuevos desafíos y a las oportunidades que el futuro durante y post Covid-19 nos impone, la ISP está desarrollando diversas investigaciones que serán muy útiles para ayudarnos con la comprensión del nuevo mundo, para aprovechar las oportunidades de luchar para mejorar los graves problemas que la pandemia nos evidencia, como la falta de servicios públicos de calidad, empleos, creciente inequidad social y insostenibilidad del sistema económico global vigente.