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31 de octubre de 2025 - Día Mundial de las Ciudades Trabajadores de los servicios públicos de urgencia (SPU): hacer frente a cada tormenta requiere valor... y trabajo decente
 
 En este Día Mundial de las Ciudades (31 de octubre), la ISP celebra el valor y el compromiso de lxs trabajadores de los servicios públicos de urgencia (SPU): bomberos, personal de primeros auxilios, empleadxs municipales, guardas forestales, trabajadores de servicios públicos y muchos más, que arriesgan sus vidas para mantener la seguridad de nuestras ciudades y comunidades. Sin embargo, con demasiada frecuencia, lxs trabajadores de los SPU se enfrentan a un acceso inadecuado a los derechos laborales fundamentales y a condiciones de trabajo decentes.
 
 Daria Cibrario
Cuando ocurren huracanes, inundaciones, deslizamientos de tierra, terremotos, incendios forestales, erupciones o tsunamis, la mayoría de las personas corren para ponerse a salvo. Lxs trabajadores de los servicios públicos de emergencia (SPU), en cambio, corren hacia el peligro y, a veces, hacia la muerte, impulsados por el deber de salvar vidas, proteger a las comunidades, salvaguardar el medio ambiente y preservar las infraestructuras públicas y privadas vitales. En un momento en el que el cambio climático se intensifica y aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, surgen epidemias nuevas y reemergentes, y se multiplican los conflictos y los desastres provocados por la humanidad, incluidos los accidentes industriales y los atentados terroristas, la labor de lxs trabajadores de los SPU nunca ha sido tan importante para proteger a las personas, la salud pública y la vida en el planeta.
En este Día Mundial de las Ciudades de las Naciones Unidas 2025, la ISP ha decidido celebrar la dedicación y el sacrificio de lxs trabajadores de los servicios públicos de urgencia (SPU) y comparte el mensaje: «Hacer frente a cada tormenta requiere valor… y trabajo decente». La ISP hace un llamamiento a las Naciones Unidas, a los alcaldes y las alcaldesas, a los gobiernos locales y regionales (GLR), así como a los gobiernos nacionales, para que entablen un diálogo y cooperen con los sindicatos de trabajadores de los SPU con el fin de abordar los graves déficits en materia de derechos humanos y laborales - así como la falta crónica de personal - a los que se enfrentan muchxs trabajadores de los servicios públicos de urgencia en todo el mundo. Ya es hora de garantizar un trabajo decente, niveles adecuados deplatilla, recursos, formación, herramientas de trabajo y equipos de protección seguros para quienes están en primera línea de todas las crisis para salvarnos a todxs.

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En virtud del artículo 10 de las Directrices de 2018 sobre el trabajo decente en los servicios públicos de urgencia, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define los servicios públicos de urgencia como «la policía, los bomberos, los servicios médicos de urgencia, los servicios de búsqueda, salvamento y evacuación, y otros cuerpos a los que se suele acudir en situaciones de emergencia, como los servicios de salud y servicios sociales, las fuerzas armadas, los servicios de seguridad y vigilancia, las unidades de artificieros, las administraciones locales, los servicios fúnebres y de levantamiento de cadáveres, las medidas inmediatas que son decisivas para el salvamento y la estabilización, los servicios encargados de restablecer el suministro de agua y electricidad, y las profesiones conexas, como los trabajadores sociales, en función de las necesidades y del contexto nacional». Sin embargo, hay muchxs más trabajadores en primera línea de las múltiples crisis a las que se enfrenta el mundo. La mayoría de estxs trabajadores actúan bajo la jurisdicción de los gobiernos locales y regionales (GLR).
La serie de testimonios e imágenes que se presentan a continuación fueron proporcionados por afiliadas de la ISP de Dominica, Turquía, Honduras, Argentina, Chad y España. Muestran el coraje, la solidaridad y la realidad cotidiana de lxs trabajadores de los servicios públicos de todo el mundo que prestan servicio en primera línea ante los desastres.
Lxs trabajadores de los SPU en el Caribe y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID): los más afectados por la crisis climática
Lxs trabajadores de los SPU son lxs que mantienen a lxs demás a salvo, tranquilos y atendidos, incluso arriesgando sus propias vidas
La labor fundamental que realizan lxs trabajadores de los SPU y de los GLR en todo el Caribe es ampliamente reconocida. Están en primera línea de la preparación, la respuesta y la recuperación ante desastres, liderando los esfuerzos para proteger vidas y reconstruir comunidades ante las crisis agravadas por el cambio climático. Estos desastres y pandemias causan daños, pérdidas y dificultades inmensas a las comunidades y a los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) de todo el Caribe, que siguen siendo los más afectados por el empeoramiento de los efectos del cambio climático en el mundo, una crisis que ellos no han creado. Los PEID del Caribe, como Dominica, Antigua y Barbuda, Granada y Jamaica, San Martín y Anguila, entre otros, saben muy bien lo que deja tras de sí un huracán de categoría cinco. Lxs habitantes de estas islas viven cada día con esta realidad, ya que sufren estos impactos con demasiada frecuencia.

«Lxs trabajadores de los SPU son lxs que mantienen a lxs demás a salvo, tranquilos y atendidos, incluso arriesgando sus propias vidas. Atienden a lxs heridxs, buscan a lxs desaparecidxs y recuperan a lxs fallecidxs. Evacuan a las personas mayores y a las personas con discapacidad, construyen y gestionan refugios de emergencia y garantizan el acceso a alimentos, agua, saneamiento y atención sanitaria cuando los hogares y los servicios quedan destruidos», afirma Steve Joseph, presidente del Sindicato de Servicios Públicos de Dominica (DPSU). «Sin embargo, muchxs de ellxs siguen siendo invisibles, se les niega el reconocimiento y las condiciones de trabajo decente a las que tienen derecho. Algunxs incluso pierden la vida en acto de servicio, sirviendo a sus comunidades y ayudando a sus compañerxs».
Steve recuerda el notable valor y la dedicación de los equipos de búsqueda y rescate compuestos por bomberos y agentes de policía, que el 27 de agosto de 2015 dirigieron y coordinaron la evacuación de toda la comunidad de Petit Savanne (Dominica) inmediatamente después de la tormenta tropical Erika. Trabajaron codo con codo con lxs líderes locales, con el personal y lxs miembros del Consejo municipaly con el Comité Comunitario para Desastres. En solo 48 horas se completó una evaluación preliminar de los daños, lo que permitió al primer ministro de Dominica declarar nueve zonas de desastre especial el 29 de agosto de 2015.

Como resultado, se pudieron evacuar unas 600 personas de Petit Savanne, mientras que aquellas que residían en otras comunidades afectadas fueron reubicadas en refugios de emergencia. Los informes del Centro Nacional de Operaciones de Urgencia (NEOC) de Dominica indicaban que había 574 personas sin hogar, y se abrieron ocho refugios para alojar a unxs 200 residentes desplazadxs. Las familias se enfrentaron a enormes dificultades: muchas no pudieron ponerse en contacto con sus seres queridos ni recuperar los cuerpos de las personas desaparecidas para darles un entierro digno. En esos momentos tan difíciles, lxs trabajadores de los SPU fueron su único salvavidas.

Entre ellxs se encontraba un compañero de Steve, Andrew Darroux, que dedicó toda su carrera a servir a las comunidades como empleado del gobierno local. El día del paso de Erika, fue arrastrado por un enorme deslizamiento de tierra y su cuerpo nunca fue recuperado. A las 7 de la mañana ya estaba trabajando, ayudando a lxs habitantes y evaluando los daños causados por la tormenta, sin ser consciente del peligro que aún le esperaba. Andrew fue una de las treinta víctimas de ese día, diecisiete de las cuales nunca fueron encontradas. Tras el desastre, bomberos, policías, trabajadores de saneamiento, profesionales de la salud, trabajadores del agua y la energía y empleadxs de la alcaldía dejaron atrás a sus propias familias para buscar a lxs desaparecidxs, evaluar los daños, atender a lxs supervivientes y llevar ayuda a las comunidades devastadas.
Su valentía, profesionalidad y dedicación fueron extraordinarias. «Honramos y saludamos a todxs xos trabajadores que prestan servicios públicos locales y de urgencia en los momentos más difíciles, y rendimos homenaje a su humanidad, su servicio y su sacrificio», añade Steve Joseph. «Estos desastres dejan cicatrices duraderas en nuestra población y nuestras comunidades. Los sindicatos y sus socios deben utilizar todos los medios a su alcance para exigir una mayor inversión en servicios públicos de calidad y garantizar sólidas salvaguardias y condiciones de trabajo decentes para lxs trabajadores de los servicios públicos de urgencia».
Lxs trabajadores municipales de Turquía: movilización a nivel nacional para hacer frente a la devastación del terremoto de 2023
El 6 de febrero de 2023, un terremoto devastador de magnitud 7,8 sacudió Turquía, con epicentro en Kahramanmaras. El desastre asoló la nación, causando una destrucción generalizada en diez provincias. Además de Kahramanmaras, Gaziantep, Hatay, Osmaniye, Malatya, Adana, Diyarbakir, Sanliurfa, Adiyaman y Kilis también se vieron afectadas, causando la muerte de más de 55 000 personas y afectando a la vida de casi 13 millones.
Desde las primeras horas tras el terremoto, lxs trabajadores de los servicios públicos municipales y locales —muchxs de ellxs miembros del Sindicato de Trabajadores de Servicios Generales de Turquía (DİSK/GENEL-İŞ)— se movilizaron para rescatar a las víctimas en las provincias afectadas. Lxs bomberos trabajaron sin descanso para contener el enorme incendio del puerto de Iskenderun, mientras que lxs miembros de los Equipos de Búsqueda y Salvamento del municipio de «Atasehir» de Estambul (ATAK) y del municipio de «Buca» de Izmir (BUCAKUT) llevaron a cabo operaciones de salvamento en condiciones extremadamente difíciles. Igualmente vitales fueron lxs miembros del municipio de «Manavgat» de Antalya y de la Administración Metropolitana de Agua y Alcantarillado de Antalya (ASAT), que utilizaron dispositivos de detección acústica para localizar y rescatar a tres personas atrapadas bajo los escombros en Hatay. Al mismo tiempo, repararon las redes de agua dañadas, restableciendo el acceso al agua potable en varios distritos.

Los trabajadores municipales -la columna vertebral de la vida social y del funcionamiento diario de las comunidades- fueron los primeros en responder al devastador terremoto. Desde las primeras horas de la catástrofe, los trabajadores de los servicios públicos municipales y locales -muchos de ellos miembros del Sindicato de Trabajadores de Servicios Generales de Turquía - DİSK/GENEL-İŞ- estuvieron sobre el terreno, retirando escombros, restableciendo los servicios esenciales y apoyando las operaciones de emergencia, a menudo mientras se veían personalmente afectados por la devastación. Identificaron las necesidades urgentes y coordinaron la entrega de alimentos, ropa y artículos de higiene a miles de supervivientes. Cientos de trabajadores municipales de Mersin, Adiyaman, Samandag, Golbasi y de docenas de otras ciudades se unieron a la respuesta. Despejaron calles, retiraron escombros, desinfectaron zonas públicas, reconstruyeron sistemas de agua y alcantarillado y entregaron suministros esenciales. Los miembros de DİSK/GENEL-İŞ participaron en operaciones de rescate, distribución de alimentos, instalación de refugios y garantizaron la continuidad de las labores de mantenimiento.
El sindicato colaboró estrechamente con las comunidades y los gobiernos locales para prestar asistencia crítica. Abrió su casa de huéspedes en Ankara para alojar a las familias desplazadas, ofreciéndoles un refugio seguro en medio de las duras condiciones invernales. Desde todos los rincones de Turquía, los miembros de DİSK/GENEL-İŞ en los servicios de los gobiernos locales convergieron hacia las provincias afectadas bajo el llamamiento del sindicato: "Este es el momento de la solidaridad."

«Una preparación y respuesta eficaz ante los desastres no solo depende de sistemas de emergencia eficaces, sino también de la presencia y adecuada dotación de plantilla de trabajadores de los servicios públicos cualificadxs y sindicalizadxs. De hecho, las ciudades resilientes se construyen sobre la base de servicios públicos sólidos y de trabajadores respetadxs, protegidxs y capacitadxs para servir a sus comunidades. El trabajo decente, la seguridad laboral y los salarios justos no son solo derechos laborales, sino que constituyen la base de sociedades resilientes, equitativas y preparadas», afirma Remzi Caliskan, Presidente de DİSK/GENEL-İŞ. «Nuestra experiencia sindical en los servicios municipales durante el terremoto de febrero de 2023 puso de relieve una verdad fundamental: «la organización sindical salva vidas». La capacidad de responder rápidamente, coordinarse de manera eficaz y prestar servicios vitales en los momentos más críticos fue posible porque nuestro sindicato mantuvo una sólida comunicación entre nuestrxs miembros de diferentes ramas de servicios municipales de todo el país y los de la zona del desastre. En un momento tan duro, nuestro sindicato movilizó nuestra fuerza colectiva por solidaridad y se aseguró de que la ayuda llegara a quienes más la necesitaban».
Trabajadores de los SPU en Honduras: enfrentándose con valentía a los incendios forestales y los escombros, pero con equipos de protección individual (EPI) inadecuados
Debido a su ubicación geográfica, Honduras está especialmente expuesta y es vulnerable a los efectos del cambio climático.
El Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Municipalidad Sampedrana (SIDEYTMS) de Honduras siempre ha reconocido la valiosa labor que realizan cada una de las profesiones de lxs trabajadores municipales, especialmente en momentos de emergencias públicas cuando se activa el Comité Municipal de Emergencias (CODEM).
Una de las reivindicaciones históricas de SIDEYTMS hacía las autoridades públicas es que proporcionen a lxs trabajadores de los SPU que se encuentran en primera línea de las crisis y desastres, arriesgando sus vidas y poniendo en peligro su integridad física, equipos de protección individual (EPI) de calidad adecuada y adaptados a sus funciones específicas. Gracias a las reivindicaciones del sindicato, recientemente se han mejorado los EPI del personal de extinción de incendios con camisas ignífugas, que pueden proteger a lxs trabajadores de las quemaduras cuando se exponen directamente al fuego o a altas temperaturas. Se han proporcionado máscaras con filtros de humo y cenizas, cascos y gafas protectoras. Sin embargo, con demasiada frecuencia, para los EPI lxs trabajadores dependen de donaciones de empresas privadas en lugar de recibirlas de su empleador público.
No se trata solo de una cuestión laboral, sino también de un asunto de seguridad pública y de protección del medio ambiente. Muchxs miembros del SIDEYTM son responsables de la protección de la Reserva Natural El Merendón, un bosque y una cuenca hidrográfica vitales que abastecen de agua a la ciudad de San Pedro Sula. Sin el equipo adecuado, lxs trabajadores de los SPU y municipales no pueden desempeñar estas funciones esenciales de forma segura, lo que pone en peligro tanto sus vidas como las comunidades a las que sirven. Los empleadores públicos deben garantizar que todxs lxs trabajadores de los SPU y municipales estén completamente equipadxs, protegidxs, capacitadxs y empoderadxs para llevar a cabo su trabajo esencial.

Del mismo modo, el Departamento de Gestión Ambiental de San Pedro Sula también cuenta con equipos de tala y poda de árboles, que responden a cualquier emergencia relacionada con árboles caídos, escombros o cualquier desastre causado por la lluvia y los fuertes vientos. El personal sale a ayudar a la ciudadanía y a despejar las calles de obstáculos, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Los trabajos de los SPU a menudo no tienen un horario fijo, ya que las emergenciasnunca están programadas .

Del mismo modo, la Policía Municipal presta servicio a la población proporcionando asistencia y atención de primera mano a la ciudadanía. Mantienen el orden y proporcionan seguridad y orientación a lxs residentes en las calles. El Departamento de Salud también interviene en cualquier emergencia con ambulancierxs, brigadas o campañas de vacunación en caso de dengue u otras enfermedades. «Siempre debemos recordar que estxs trabajadores estuvieron en primera línea durante la pandemia de COVID durante tres años, cuidando de lxs demás y poniendo en riesgo su propia salud», afirma el SIDEYTM. Como su sindicato representativo, hacemos campaña sin descanso para garantizar que dichos servicios se lleven a cabo en las mejores condiciones de trabajo, que dispongan de su equipo de protección y que se les concedan los períodos de descanso correspondientes o el pago de las horas extras. «Actualmente estamos solicitando la reactivación del Comité Conjunto de Seguridad y Salud para poder tomar medidas inmediatas en respuesta a cualquier riesgo para lxs trabajadores. Se trata también de garantizar el cumplimiento de nuestro Convenio Colectivo».
Trabajadores medioambientales en Argentina: esenciales para la gestión segura de residuos durante inundaciones, enfrentándose a riesgos biológicos desalentadores
El 7 de marzo de 2025, la ciudad de Bahía Blanca (Argentina) sufrió una inundación súbita sin precedentes, dejando un saldo devastador en términos humanos, materiales y sociales. En un solo día hubo 290 milímetros de lluvia, un récord histórico para la región en el mes de marzo, superando con creces la capacidad de drenaje de la ciudad y colapsando sus infraestructuras esenciales. El desbordamiento del arroyo Napostá y del canal Maldonado anegó amplias zonas de la ciudad, dejando barrios enteros bajo el agua con arrastre de materiales contaminados y residuos urbanos en grandes volúmenes. El desastre dejó un saldo trágico de 18 víctimas fatales, entre ellas niñxs y adultxs mayores, cientos de personas heridas y contaminadas y miles evacuadas, además de daños estructurales que exigirán una reconstrucción costosa y prolongada. Miles de personas vieron sus hogares destruidos y sus bienes arrasados. La ciudad quedó sumida en el agua, con sectores enteros intransitables y servicios colapsados. La inundación dejó en evidencia un problema estructural mayor: la falta de preparación de las ciudades argentinas para adaptarse a la crisis climática. Además, resaltó la importancia fundamental de la buena gestión de residuos antes y tras las emergencias para la salud pública y la protección del medio ambiente, un papel fundamental desempeñado por lxs trabajadores de la recolección y gestión de residuos, y de medio ambiente.
Ante la emergencia y la falta de preparación de las autoridades y de los medios de urgencia, el Gobierno Provincial pidió a lxs trabajadores de recolección de residuos y de medio ambiente de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado Buenos Aires (CEAMSE), representadxs por la Asociación Gremial Obreros y Empleados de la Conservación Ecológica Ambiental y Servicios Especiales (AGOEC), que se trasladaran 800 kilómetros hasta Bahía Blanca para prestar socorro. Además, el sindicato se movilizó inmediatamente animado por la solidaridad, y convocó a sus voluntarixs para que asistieran a las víctimas con bienes de primera necesidad y comida.
Vea el video a continuación.
Lxs Trabajadores y voluntarixs de CEAMSE y de AGOEC proporcionando servicios de descontaminación y gestión de residuos post-inundación en Bahía Blanca tras las inundaciones de marzo de 2025. Vídeo: AGOEC
El contexto post-inundación causa inmensos riesgos biológicos para la populación y al medio ambiente. En estas circunstancias hay contaminación con residuos domésticos e industriales, materia orgánica en descomposición, aguas usadas y sustancias químicas que crean un entorno propicio a la proliferación de microorganismos patógenos y con riesgos altísimos de pandemias y desafíos de salud pública. Lxs trabajadores intervinieron en la limpieza y recolección de residuos enfrentando exposición a bacterias (E. coli, salmonela, leptospirosis, tétanos, etc.), virus (hepatitis A, norovirus, rotavirus, etc.), hongos y esporas (que pueden causar infecciones pulmonares, etc.) y parásitos presentes en aguas contaminadas (Giardia, Cryptosporidium, etc.), así como a vectores biológicos (roedores, mosquitos, etc.). Estos patógenos pueden entrar en el organismo por contacto con la piel lesionada, mucosas, inhalación o ingestión accidental. Dichos riesgos pueden causar infecciones cutáneas, gastrointestinales y respiratorias.
Además de una obligación definida por el derecho laboral internacional, proteger a quienes limpian y reconstruyen las ciudades, es una estrategia de salud pública y de resiliencia esencial frente a desastres
Sin embargo, lxs trabajadores fueron enviados a las zonas de emergencia con deficiencias significativas en las medidas de seguridad y sin equipos de protección personal (EPP) adecuados. A pesar del uso generalizado de guantes y botas, y de la presencia de chalecos reflectantes, la mayoría de los guantes no cumplían las normas de bioseguridad (EN 374 o ASTM D6319), ya que predominaban los de tela o cuero, permeables y no resistentes a agentes biológicos. Además, las botas no eran impermeables o con suela antideslizante. La ausencia de EPP adecuados pone en riesgo no solo la salud de quienes cumplen estas funciones, sino también la capacidad de responder de manera efectiva en futuras emergencias.
«La gestión de residuos tras una inundación es una actividad de alto riesgo. Para proteger la salud de lxs trabajadores, es imprescindible proporcionar EPP adecuados, mejorar la capacitación en bioseguridad y garantizar las vacunas preventivas. Además de una obligación definida por el derecho laboral internacional, proteger a quienes limpian y reconstruyen las ciudades, es una estrategia de salud pública y de resiliencia esencial frente a desastres», dijo Gerardo Gabriel Juara, secretario de Ambiente de AGOEC. «En estas situaciones, una inversión sostenida en equipamiento, capacitación y planificación preventivas debe estructurarse como un componente central de la estrategia de recuperación. La experiencia en Bahía Blanca muestra la urgencia de una planificación estructurada de la respuesta sanitaria en estos eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático. En AGOEC hemos analizado en detalle esta trágica experiencia para aprender de ella y hemos desarrollado un protocolo para ocurrencias futuras ».
Trabajadores de los SPU en Chad: reaccionando ante vulnerabilidades urbanas crónicas al cambio climático con muy pocos medios, pero mucho coraje
Chad es un país muy vulnerable al cambio climático y su capacidad de adaptación —en términos de infraestructura, planificación y alerta temprana— es limitada. N’Djamena, la capital, se encuentra en la confluencia de los ríos Chari y Logone, cuya crecida durante las lluvias estacionales (normalmente de mayo a octubre) y la falta de riberas constituyen factores clave en el riesgo de inundaciones de la ciudad. El desarrollo urbano, la deficiente infraestructura de drenaje, el terreno llano y los suelos arenosos contribuyen a la erosión y agravan el riesgo de inundaciones.
A partir de julio de 2022, Chad experimentó las lluvias estacionales más intensas en más de 30 años. Las lluvias llegaron antes y con mayor volumen de lo habitual, desbordando el sistema de drenaje y provocando que los ríos se desbordaran en las zonas urbanas. En octubre de 2022, las inundaciones habían causado cientos de víctimas y afectado a más de un millón de personas en muchas ciudades, pueblos y provincias, incluida N’Djamena.

El Municipio estuvo al frente de los esfuerzos para ayudar y socorrer a lxs desplazados. Instaló viviendas improvisadas, generalmente cobertizos construidos con materiales rudimentarios como paja, mantas viejas y bloques de hormigón. El Alcalde intervino ordenando al cuerpo de bomberos que suministrara agua potable y al servicio de higiene y saneamiento que rociara las viviendas para desinfectarlas contra gérmenes, insectos y mosquitos. La ciudad también proporcionó seguridad mediante un destacamento de la policía local y la gendarmería. Estxs trabajadores de los SPU permanecieron estacionadxs en los distintos lugares para ayudar a las víctimas de las inundaciones. Pasaron meses antes de que estas personas pudieran regresar a sus hogares.


«Los retos que plantea el cambio climático en Chad son enormes y los SPU trabajan en condiciones extremadamente difíciles, sin equipos de protección personal ni siquiera colectivos. Los turnos suelen ser irregulares y estxs trabajadores pueden tardar días en conseguir tiempo libre para visitar a sus familias y descansar al menos 24 horas. Son proclives a la fatiga debido a la falta de descanso. No reciben bonos por la dureza del trabajo», afirma Adoum Hadji Tchere, Secretario general del Sindicato Nacional de Empleados de la Administración Local de Chad (SYNACOT). «Hago un llamamiento al Gobierno de Chad y a la Alcaldía de N’Djamena para que asuman su responsabilidad y aumenten la plantilla de estos servicios esenciales para hacer frente a estos desastres que ahora son recurrentes. Existe un problema de personal que impide a lxs trabajadores descansar regularmente y disfrutar de las condiciones básicas de salud y seguridad en el trabajo mientras realizan sus labores ».
Trabajadores de Urgencia de España: enfrentando inundaciones repentinas e incendios forestales salvajes sin plantilla, recursos y con precariedad laboral
Desde hace más de una década, el cambio climático azota duramente a España con fenómenos meteorológicos extremos de doble naturaleza. Por un lado, inundaciones repentinas y masivas llamadas DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos), que generan aire frío en altura que queda «aislado» y provoca lluvias muy fuertes, granizo, tormentas eléctricas, escorrentías, inundaciones repentinas y, en algunos casos, el colapso de infraestructuras ante el volumen de agua y trombas de agua. Del otro, incendios forestales salvajes que pueden convertirse en avalanchas de fuego que se propagan con furia y de manera imprevisible a causa del viento que cambia de dirección y con perímetros imprevisibles.
Entre julio y agosto de 2021, las comunidades autónomas de Castilla y León, Galicia y Extremadura fueron devastadas por incendios forestales salvajes. En los montes de Galicia, en las dehesas y sierra de Extremadura y en las zonas boscosas y rurales de Castilla y León, las llamas no solo avanzaron, sino que se convirtieron en una avalancha y mataron a ocho personas .
El 29 de octubre de 2024, una DANA golpeó la provincia de Valencia y su entorno provocando precipitaciones torrenciales, inundaciones masivas, causando la muerte de 224 personas y daños materiales gravísimos. Cuando llegó la DANA, los equipos de urgencia —bomberos, sanitarios móviles, Protección Civil, brigadas forestales y lxs numerosos voluntarixs que acudieron— se encontraron frente a un escenario inesperado y gigantesco.
En un testimonio en vídeo para Servicios Públicos de UGT, Helios Martín, representante de los bomberos que atendieron el desastre de la DANA en Valencia, dijo: «Nos hemos dado cuenta de que todas las necesidades que habíamos anunciado desde hacía tiempo para nuestro servicio, como formación, más herramientas y vehículos para transportar, estaban comprobadas (...). Con la DANA queríamos hacer más de lo que nuestras herramientas y medios de transporte nos permitían. La DANA se llevó camiones de bomberos. Sufrimos una falta de material. Y cuando algo así pasa y no hay vehículos de sustitución no se puede atender a la emergencia. (...) En la DANA trabajamos con EPI compartidos (no individuales), mojados, sin descontaminar. A nivel laboral necesitamos muchos más para cubrir si tenemos que atender los servicios tal y como la ciudadanía se merece ».
Testimonios en vídeo de representantes de bomberos, brigadas forestales, policías locales y otros trabajadores que prestaron servicios de emergencia tras la DANA en Valencia el 29 de octubre de 2024. Fuente: UGT Servicios Públicos
En cada intervención, lxs trabajadores de urgencia estaban sosteniendo no solo el trabajo técnico sino también una carga psicosocial y emocional inmensa individual y comunitaria: proteger vidas, bienes, paisajes, patrimonios, naturaleza, biodiversidad y memorias de sus lugares de vida.
La UGT Servicios Públicos lleva años exigiendo acciones urgentes e inmediatas por parte del Gobierno y de la Unión Europea para mejorar la prevención de los incendios y de las DANAs, denunciando la precariedad, el deterioro de las condiciones laborales, y los recortes en las comunidades autónomas que se agravan, tanto para lxs bomberos forestales como para el colectivo de agentes forestales y medioambientales. Por ejemplo, un año antes de la inundación de Valencia, el Gobierno autonómico cerró la unidad local de coordinación de emergencias (UVE) por recortes presupuestarios. El sindicato pide el desarrollo de una legislación autonómica que establezca, además de un marco común para una mayor eficacia y coordinación de los servicios y de los medios que garantizan la seguridad medioambiental y de la ciudadanía, la mejora del marco profesional y jurídico de los trabajadores de servicios de urgencia, definiendo unas funciones claras y actualizadas; formación pertinente y continua, además de la dignificación de estos sectores mediante la negociación de convenios colectivos.
En este Día Mundial de las Ciudades de las Naciones Unidas 2025, la ISP celebra el inquebrantable compromiso de lxs trabajadores de los servicios públicos de urgencias (SPU) que mantienen nuestras ciudades seguras, resilientes y humanas. Su labor es la columna vertebral de la vida urbana: sin embargo, con demasiada frecuencia se encuentran infradotadxs, infravaloradxs, mal pagadxs e insuficientemente protegidxs. Mientras los gobiernos y las agencias de la ONU reflexionan sobre el tema de este año, «Ciudades inteligentes centradas en las personas” », debemos reconocer que ninguna ciudad puede ser sostenible sin invertir en la dignidad, el trabajo decente y los derechos humanos y laborales de quienes la protegen. Empoderar a lxs trabajadores de los SPU no es solo una obligación internacional en materia de derechos humanos y laborales, sino una política pública esencial para la justicia social, la resiliencia y la equidad en todas las ciudades del mundo.
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 Retratos de funcionarios locales y regionales
A lo largo de los años, la ISP ha elaborado una serie de carteles, en varios idiomas, que representan a los trabajadores de LRG en el trabajo. No dude en descargarlos y utilizarlos.
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