Sindicatos globales piden detener la ruptura de la democracia en Haití

La dictadura de los Duvaliers (1957-1986), uno de los capítulos más oscuros de la historia de las Américas, estuvo marcada por miles de desapariciones, torturas, ejecuciones sumarias, asesinatos y muchos otros crímenes de lesa humanidad. La mayoría de lxs haitianxs pensaban que estos días habían desaparecido hace mucho tiempo y que nunca más volverían a ver tales atrocidades.

Avance rápido hasta el día de hoy, hasta el 7 de febrero de 2021, cuando de acuerdo con las normas establecidas por la Constitución haitiana expiró el mandato presidencial de Jovenel Moïse. Contrariamente a la posición mantenida por los sindicatos, el Colegio de Abogados de Haití, expertos legales de alto rango, académicos, las iglesias y muchos otros grupos de la sociedad civil, él decidió permanecer en el poder.

Según todas las definiciones posibles, Moïse es un dictador. Ha estado gobernando por decreto durante más de un año, ya que ninguno de los 119 asientos de la cámara baja está ocupado y sólo un tercio de sus senadorxs tienen un mandato electo. El mes pasado, obligó a tres jueces de la Corte Suprema a retirarse anticipadamente, e incluso ordenó la detención de uno de ellos que se atrevió a impugnar su extensión de mandato.

Moïse está en camino de tomar aún más poder después de haber convocado recientemente un referéndum para reformar la Constitución y ha anunciado sus planes de convocar elecciones a finales de año, que, en las condiciones actuales, no se pueden hacer libre o legítimamente.

Siguiendo las tácticas utilizadas por la dinastía Duvalier, Moïse estableció su propia versión de los escuadrones de la muerte ‘Tonton Macoute’ para intimidar a cualquier disidencia contra su gobierno. Ha estado utilizando bandas criminales y las fuerzas policiales para llevar a cabo ejecuciones de opositores políticos y activistas, reprimir protestas, asesinar periodistas y asaltar las casas de miembros de la oposición, especialmente por la noche.

Los sindicalistas se enfrentan a la represión sistémica, con una ola de despidos, detenciones arbitrarias y amenazas de muerte dirigidas a los pocos sectores donde lxs trabajadorxs han podido organizar sindicatos como en la educación, el sector público y en las zonas de procesamiento de exportaciones.

El único apoyo a Jovenel Moïse proviene actualmente del llamado ‘Grupo Central’ compuesto por el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, los Embajadores del Brasil, Canadá, la Unión Europea, Francia, Alemania, España y los Estados Unidos de América, así como el Representante Especial de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

La comunidad internacional ha estado sin reaccionar mientras el pueblo trabajador de Haití sufre abusos y dificultades implacables. Moïse se ha beneficiado del apoyo del Grupo Central y se siente facultado para seguir gobernando por la fuerza sin temer consecuencias provenientes del extranjero.

Sólo rompiendo el silencio a nivel internacional, la sociedad civil haitiana podrá reunir fuerzas para restaurar la democracia.

Hacemos un llamamiento a nuestros sindicatos afiliados de todo el mundo para que insten al Grupo Central y a otros gobiernos de todo el mundo a:

  1. Retirar inmediatamente cualquier apoyo y asistencia a Jovenel Moïse que pudiera conducir al cumplimiento de sus objetivos dictatoriales de aprobar una nueva Constitución y su intención de celebrar elecciones antidemocráticas con un Consejo Electoral ilegítimo;

  2. Condenar cualquier retroceso de los derechos humanos y sindicales del pueblo haitiano orquestado por el régimen Moïse.

Apoyamos plenamente al pueblo haitiano en sus esfuerzos por restaurar la democracia, el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos y sindicales, que actualmente está siendo puesto en suspenso por el autoproclamado gobernante de Haití, Jovenel Moïse.

Los Sindicatos Globales que firman esta declaración conjunta son: