Sindicatos de la ISP en Interamérica: sin negociación colectiva y sin derecho a huelga no hay democracia posible

La afirmación es resultado de un seminario impulsado por la afiliada a la ISP en Chile, ANEF, que concluyó con la aprobación de la Declaración de Santiago, que llama a fortalecer los servicios públicos, a defender los derechos colectivos y a enfrentar el avance de proyectos regresivos en América Latina

Santiago de Chile fue el escenario del Seminario Regional “Negociación Colectiva y Derecho a Huelga en América Latina”, llevado a cabo este 19 de noviembre y organizado por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), con el apoyo de la Internacional de Servicios Públicos (ISP), donde participaron delegaciones de distintos países, dirigentes históricos, especialistas y trabajadorass y trabajadores del sector público y privado.

La apertura reunió al presidente de ANEF, José Pérez Debelli; el secretario general de la CLATE Julio Fuentes, el vicepresidente primero de la ISP, Federico Dávila, el presidente de la CUT, José Manuel Díaz y el Ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo. Sus intervenciones coincidieron en algo esencial: cuando se debilitan los derechos colectivos, se debilita la democracia, y cuando se fortalece la organización sindical, las sociedades se vuelven más justas y cohesionadas. 

El primer panel, moderado por la secretaria subregional para el ConoSur de la ISP, Nayareth Quevedo, profundizó en el inminente pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia sobre el derecho a huelga y su vínculo con el Convenio 87 de la OIT. Las intervenciones de dirigentes de Chile, Perú y Panamá revelaron realidades compartidas: presiones, servicios mínimos abusivos, amenazas disciplinarias y campañas antisindicales. El público no solo escuchó—intervino, preguntó, conectó lo jurídico con la vida cotidiana. 

Tras un almuerzo, vino el panel moderado por el secretario nacional de ANEF, Carlos Insunza sobre experiencias comparadas de negociación colectiva, con testimonios de Colombia, Costa Rica y Brasil. Lo que quedó claro es que allí donde la negociación colectiva existe, transforma vidas; donde se restringe, se expande la precariedad. 

La tarde avanzó hacia el panel más político, con representantes de Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos, quienes situaron el debate en el contexto regional actual: restauraciones conservadoras, intentos de reducir el Estado, privatizaciones encubiertas y ataques discursivos a los trabajadores públicos. Fue allí donde surgió una de las frases que marcó la jornada.

“Si nos quitan la huelga, si nos silencian la negociación colectiva, no sólo nos quitan derechos laborales—nos quitan la posibilidad de defender el país que queremos. La democracia se sostiene también en las manos de quienes trabajan”, aseveró la moderadora del panel y responsable de Relaciones Internacionales de ANEF, Angela Rifo.

El cierre estuvo marcado por la lectura y aprobación de la Declaración de Santiago por la Negociación Colectiva y el Derecho a Huelga, que reafirma que la huelga y la negociación colectiva son derechos humanos, exige el fin de normativas regresivas, defiende la igualdad de género, la participación de jóvenes, y sitúa los servicios públicos como bienes comunes que sostienen la vida. 

La fotografía final capturó algo más que rostros: capturó convicciones. Nadie se apresuró a irse. Los grupos siguieron conversando, intercambiando teléfonos, comprometiéndose a volver a encontrarse. Porque lo que dejó este seminario no fue solo un documento, sino una certeza compartida: el sindicalismo, cuando habla con voz unida, no solo defiende derechos laborales—defiende la esperanza de los pueblos en una vida más justa, más libre y profundamente democrática.