¡Salud Pública, de una vez por todas! - nota conceptual

Esta nota conceptual ofrece una visión general de la evolución de la campaña de respuesta de la ISP al Covid19: ¡Salud Pública, de una vez por todas! Consulta la primera fase de esta campaña - "Trabajadorxs protegidxs salvan vidas" - en nuestra plataforma People Over Profit.

El brote global de COVID-19 está impactando a todo el mundo y muchos aspectos de nuestra vida. Los lugares de trabajo, escuelas, culto y tantos otros lugares públicos han sido cerrados por los gobiernos, en un intento de retardar la propagación de la infección. Si bien esto no excusa el letargo inicial de la mayoría de los gobiernos en reaccionar, no se puede reprochar la necesidad de tomar medidas firmes para detener esta pandemia.

Décadas de un modelo global de desarrollo que prioriza el lucro por encima del pueblo sentaron las bases de la actual crisis sanitaria, social y económica de proporciones catastróficas. Años de recortes en el gasto público en salud y privatización minaron la preparación para la crisis. La informalización de las relaciones laborales y la erosión de los sistemas de bienestar social han hecho que el trabajo precario sea cada vez más la norma, teniendo como consecuencia que las medidas necesarias para frenar el brote sean más difíciles para millones de personas.

Esta pandemia es definitivamente una crisis de la salud pública. Pero es igualmente una crisis social y económica que muestra los peligros que se plantean a la humanidad cuando el mercado de valores tiene prioridad sobre el estado de bienestar de la gran mayoría de la población humana. Momentos de consecuencias monumentales como este son puntos de inflexión históricos. La forma en que respondemos determina si la sociedad se hunde o se eleva.

¡Los gobiernos deben hacer más para proteger a lxs trabajadorxs de la salud!

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Contexto

La nueva pandemia de coronavirus (COVID-19) plantea un desafío de proporciones históricas para la humanidad. La propagación mundial del brote ha sido exponencial. Y, podría estar todavía lejos de alcanzar su pico. Se estima que entre el 40 y el 70 porciento de la población mundial estaría infectada si no se toman urgentemente medidas decisivas de gran alcance. Con una tasa mundial estimada del 5,7%, significa que podrían morir entre 118 milliones y 311.2 milliones de personas.

Lamentablemente, si bien se han realizado esfuerzos para combatir "los inquietantes niveles de propagación y gravedad" de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud también ha expresado su gran preocupación por "los alarmantes niveles de inacción", que podemos observar en varios países por parte de los gobiernos.

Según el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus; "en algunos países el nivel de compromiso político y las acciones que demuestran ese compromiso no se corresponden con el nivel de la amenaza a la que todxs nos enfrentamos". Muchos países están tomando acciones para enfrentar la pandemia. Sin embargo, otros gobiernos no han adoptado medidas para proteger adecuadamente la salud de sus ciudadanxs, incluida la seguridad y la salud ocupacional de lxs trabajadorxs que prestan servicios de salud pública y de emergencia sumamente necesarios.

Por ejemplo, mientras que países como Corea del Sur, Japón, Dinamarca, Francia, España, Alemania, Israel e Italia han adoptado medidas para garantizar la seguridad física y el bienestar socioeconómico de los residentes (incluida la remuneración de lxs trabajadorxs en cuarentena o con licencia en la mayoría de esos países, y la requisición de instalaciones de salud privadas, por ejemplo, por el gobierno español), algunos de los países más ricos del mundo han adoptado más bien medidas para proteger su economía sin establecer medidas adecuadas de salud y protección social. El gobierno de los Estados Unidos por sí solo, por ejemplo, se comprometió rápidamente a ahorrar hasta 1,5 millones de dólares para salvar a los mercados, mientras que pasaron semanas antes de aprobar un proyecto de ley de respuesta sanitaria inadecuada.

Informe sobre la ComHEEG de la ONU: conclusiones principales

43mi

total de trabajadorxs de la salud en el mundo

40mi

trabajadorxs de la salud necesarixs para 2030

18mi

la probable escasez de trabajadorxs de la salud para 2030

Para abordar eficazmente esta crisis y resurgir después de ella, debemos cuestionar el modelo de desarrollo que nos trajo aquí, y ofrecer alternativas que pongan a las personas en primer lugar, tanto a corto como a largo plazo. Debemos aprovechar las lecciones de las anteriores epidemias y de la actual pandemia y actuar en consecuencia. Una lección fundamental es la importancia crucial de contar con servicios públicos sólidos y bien financiados, incluidos los sistemas de salud pública que cuenten con el personal adecuado.

Esta pandemia es la mayor conmoción para la economía mundial desde la caída de 2008. Y una de las razones por las que la conmoción está siendo tan grave es que los líderes mundiales siguieron adelante con los negocios como de costumbre después de la gran recesión. En lugar de aplicar políticas fiscales expansionistas para crear más empleos decentes, incluso en el sector de la salud, y una protección social universal, los gobiernos se embarcaron en una serie de medidas de austeridad. Debemos salir de esta hora oscura con la firme resolución de un cambio de paradigma mundial hacia un orden mundial que ponga en primer plano, en todo momento, la salud pública y el bienestar de las personas.

La ISP está comprometida a organizar una campaña mundial con este objetivo.

Video

George Poe Williams, enfermero, vivenció la muerte de sus colegas mientras el Ébola mataba a más del 8% del personal de la salud de Liberia. Ahora, tiene un mensaje para los gobiernos de todo el mundo que se enfrentan al #CoronaVirus: #SafeWorkersSaveLives

Lxs trabajadorxs de la salud no deberíamos convertirnos en mártires!

No sólo las medidas necesarias dentro de los países han sido inadecuadas en varios casos, sino que también se necesita una mayor solidaridad internacional en este momento. Los países deben comprender claramente que las fronteras no pueden impedir la propagación del virus. No deben repetirse las preocupaciones nacionales de miras estrechas, como la que inicialmente obstaculizó la respuesta al llamamiento de Italia por parte de otros países de la UE.

Los dirigentes mundiales no deben avivar las llamas del racismo y la xenofobia. Comentarios como el del Presidente Trump, que describe el nuevo coronavirus como un virus "extranjero", "chino", crean una atmósfera tóxica de miedo y desesperación. Todos debemos oponernos a todas las formas de ataques xenófobos en los medios de comunicación social y en las calles, que hemos visto perpetrarse en Europa y en América del Norte contra los habitantes del sudeste asiático.

En países con instalaciones de pruebas limitadas, los "ricos preocupados" han asediado a los médicxs con demandas de pruebas privadas de coronavirus, así como "infusión intravenosa de vitaminas y minerales para reforzar sus sistemas inmunológicos". Pero la riqueza no debe ser la base de las pruebas o del acceso al tratamiento. Los gobiernos deben garantizar el acceso universal a las pruebas y al tratamiento para una respuesta eficaz a la pandemia.

Lxs trabajadorxs, en particular los que prestan servicios de atención de la salud (y otros servicios públicos) son los que están en la primera línea de la respuesta al COVID-19. Trabajando en circunstancias que en algunos casos han sido como estar en medio de "una guerra mundial", lxs trabajadorxs de la salud han trabajado hasta el cansancio, haciendo pruebas, triaje y tratando a vastas poblaciones. Esto se debe a que años de privatización y medidas de austeridad han dejado a las instalaciones de salud pública sin fondos y sin personal suficiente. Por ejemplo, el sistema de salud pública italiano, que sigue siendo eficaz, ha sufrido un recorte de 37.000 millones de euros en los últimos diez años, con la consiguiente reducción drástica de personal.

Lxs trabajadorxs de la salud son la columna vertebral de la prestación de servicios de salud. Es imposible proporcionar salud para todxs sin tener trabajadorxs de la salud para todxs. En 2016, la Organización Mundial de la Salud y la Comisión de Alto Nivel sobre el Empleo en el Ámbito de la Salud y el Crecimiento Económico (ComHEEG) de las Naciones Unidas advirtieron que los gobiernos deben invertir masivamente en el personal de salud mundial para evitar un déficit de 18 millones de trabajadorxs del sector para 2030.

La ComHEEG también atrajo la atención de los dirigentes mundiales sobre las principales enseñanzas extraídas de la epidemia de Ébola de 2014-2015, señalando que "con el brote de Ébola en el África occidental, hemos visto cómo la inacción y la insuficiencia crónica de las inversiones pueden comprometer la salud humana y también provocar graves retrocesos económicos y sociales". Además, identificó la inversión en trabajadores de la salud como una parte fundamental "del objetivo más amplio de fortalecer los sistemas de salud y la protección social y constituye esencialmente la primera línea de defensa contra las crisis sanitarias internacionales".

Italia: ¿una señal de advertencia?

(Cifras al 19 de marzo 2020)

2,629 trabajadorxs

de la salud actualmente infectadxs

8.3% de los casos

son trabajadorxs de la salud

35,713 casos

en total

Se instó a los gobiernos a que flexibilizaran las medidas de austeridad en favor de políticas de expansión fiscal y dieran prioridad a la inversión en la creación de empleo para fortalecer los sistemas de salud. La comisión fue clara en su mensaje: "seguir como hasta ahora es insostenible", si se quiere asegurar la salud de la población. Sin embargo, a pesar de los compromisos formales de aplicar las recomendaciones de la Comisión y del Plan de Acción Quinquenal de Trabajo para la Salud que surgió de ellas y que fue adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en 2018, la falta de inversión en el personal de salud siguió siendo la norma hasta el estallido de esta pandemia, empeorando su impacto.

El Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió en febrero que el mundo podría no estar peligrosamente preparado para la próxima pandemia. No se refería al actual brote mundial. Señaló que "durante demasiado tiempo, el mundo ha operado en un ciclo de pánico y negligencia", añadiendo que los gobiernos "tiran el dinero en un brote, y cuando se acaba, nos olvidamos de él y no hacemos nada para prevenir el siguiente".”

La financiación de la salud sigue estando determinada en gran medida, de diferentes maneras, por la lógica de mercado promovida agresivamente por las instituciones financieras internacionales. Las condicionalidades del FMI siguen limitando el espacio de la política fiscal, en particular en los países de ingresos bajos y medios. Y el Banco Mundial tituló las emergencias de salud pública mediante la introducción de bonos para pandemias en 2017, como política impulsada por la ideología para que el sector privado participe en la financiación humanitaria y de emergencia. Sin embargo, "el dinero de esos bonos podría haberse empleado mejor para proporcionar fondos a la OMS o ayudar a fortalecer las disposiciones de atención de la salud en los países pobres en situación de riesgo".

La pandemia de coronavirus revela la profunda crisis del modelo neoliberal de desarrollo y la reticencia de los gobiernos a adoptar las medidas necesarias para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. A medida que comienza a extenderse en los países en desarrollo, es probable que los efectos de la pandemia se agraven. Los sistemas de salud pública de América Latina y, en particular, de África han sido golpeados por decenios de programas de ajuste estructural inspirados por el FMI que también han socavado los sistemas de protección social existentes y han aumentado la pobreza.

Los gobiernos de todo el mundo tienen que adoptar con decisión medidas de gran alcance para mitigar la situación fomentada por la comercialización de la atención de la salud y garantizar que nunca más nos encontremos en este punto catastrófico. No podemos resolver el problema actual ni evitar las graves crisis subsiguientes con más medidas que han hecho que el mundo esté mal preparado para hacer frente al brote de COVID-19.

La solución clave: ¡más fondos para la salud pública, más trabajadorxs de la salud!

En 2016, la Comisión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre el Empleo en el Ámbito de la Salud y el Crecimiento Económico, de la cual la ISP era miembro, publicó un informe en el que se pedían aumentos masivos de la financiación de la salud y del personal de salud.

¡Consulta el informe!

Póster - Trabajadorxs protegidxs salvan vidas

El Coronavirus es una amenaza mortal para los trabajadorxs de los servicios públicos de primera línea, en particular para nuestros miembros del sector de la salud. Dependemos de ellos para salvar innumerables vidas, pero para que puedan hacer su trabajo, los gobiernos de todo el mundo deben tomar medidas más firmes ahora. En este momento, lxs trabajadorxs de la salud representan alrededor del 12% de la población infectada en todo el mundo, y el número de muertes es insoportable. Illustration by Zoran Svilar

Hay que recuperar el papel principal de la prestación de servicios sociales por parte del sector público, como la atención de la salud, la educación y la vivienda. Esto debe ir de la mano de una coordinación consolidada entre los organismos y los niveles de los gobiernos y su mayor responsabilidad ante las comunidades y naciones a las que sirven.

La gravedad de esta emergencia de salud pública mundial ha repercutido en la economía mundial y ha puesto en peligro nuestro bienestar mental y social. La restricción de las libertades individuales se ha convertido en una cuestión de exigencia, limitando la cultura democrática que se ha mantenido durante mucho tiempo. Si bien esto se ha vuelto inevitable para romper la cadena de transmisión del coronavirus, la responsabilidad de los gobiernos ante el pueblo debe seguir siendo respetada y sus poderes extraordinarios no deben ejercerse durante más tiempo del necesario.

El "estado de completo bienestar físico, mental y social del pueblo y no sólo la ausencia de enfermedades o dolencias" debe ser lo primero ahora y siempre.

Recursos útiles

Objetivos de la campaña

La campaña "Salud pública de una vez por todas" se movilizará para lograr los siguientes objetivos:

  • Una dotación de personal segura y eficaz para la prestación de asistencia de salud como elemento central de la respuesta COVID-19 (los trabajadores protegidos salvan vidas)

  • Capacidad de fabricación orientada hacia la producción para apoyar el sistema de salud con los materiales necesarios, incluidos los PPE y los medicamentos para la respuesta a COVID-19, y las instalaciones de salud privadas requisadas para hacer frente al aumento de pacientes

  • Fortalecer la colaboración internacional que permita la solidaridad y el apoyo a los países sin recursos adecuados para luchar contra la pandemia, incluso alentando a los países, cuando sea posible, a que pongan a disposición de los países más necesitados un cuerpo de profesionales de la salud, como lo está haciendo Cuba

  • El diálogo social y el compromiso político para impulsar reformas macroeconómicas y políticas adecuadas para la plena realización de la asistencia sanitaria pública universal

  • Una posición mundial de los sindicatos, comunidades y pueblos contra el aumento de la xenofobia y el racismo a raíz del brote mundial

Rosa Pavanelli La Internacional de Servicios Públicos

El Coronavirus está exponiendo el terrible impacto de la evasión de impuestos corporativos, la privatización y los recortes de los servicios públicos.

Tomando acciones

Las afiliadas de la ISP han estado tomando medidas para ayudar a proteger a sus miembros. Han promovido el asesoramiento general, publicado boletines educativos, alentado a los miembros a mantenerse informados, proporcionado directrices clínicas, y proporcionando información para los diferentes mandos de trabajadores de la salud y asesoramiento sobre el uso de equipo personal preventivo.

Los sindicatos también han negociado convenios colectivos que permiten a lxs trabajadorxs afectados recibir una licencia especial remunerada en Victoria (Australia). Y en Hong Kong, la Alianza de Empleados de la Salud de Hong Kong se embarcó en una huelga para exigir que se establecieran medidas adecuadas de salud y seguridad, con el apoyo solidario de la ISP.

La ISP y sus afiliadas construirán a partir de éstas medidas y seguirán trabajando estrechamente con las organizaciones internacionales, otros organismos sindicales y la sociedad civil en general para abogar por que los gobiernos:

  • Garanticen que las directrices nacionales de gestión clínica se basen en las directrices de la Organización Mundial de la Salud e integren medidas de otros documentos pertinentes, como las "Respuestas prácticas y administrativas a una enfermedad infecciosa en el lugar de trabajo" (en inglés) de la OIT realizado durante el brote SARS en 2004.

  • Respeten todas las obligaciones detalladas en los Convenios 155, 187 y 161 de la OIT, así como en las Recomendaciones 194, 197 y 171 de la OIT y el Protocolo del Convenio 155 y hacer cumplir estrictamente la aplicación de estos por todxs lxs empleadorxs

  • Realicen pruebas médicas gratuitas y tratamiento a lxs trabajadorxs infectadxs, así como apoyo de salud mental y psicosocial (MHPSS) y formación a todxs lxs trabajadorxs sobre las cuestiones médicas y sociológicas emergentes relacionadas con el brote, en particular en el sector de la salud

  • Proporcionen equipo de protección personal (PPE) completo a cualquier trabajadxr que pueda entrar en contacto con personas infectadas o con cualquiera que provenga de una zona infectada y proporcionar PPE adecuado a todxs lxs trabajadorxs que trabajen en zonas públicas o muy frecuentadas

  • Respeten el derecho de lxs trabajadorxs a optar por no trabajar cuando su salud y seguridad puedan correr peligro o cuando ellxs o sus familias tengan problemas de salud subyacentes que puedan verse agravados por el virus

  • Involucren de forma activa a los sindicatos (en particular los sindicatos que representan a lxs trabajadorxs que pueden estar expuestos al virus en el curso de su trabajo, incluidos lxs trabajadorxs de la salud y del entornos de la salud, de los servicios de emergencia, lxs trabajadorxs de los aeropuertos, las líneas aéreas y el control fronterizo, lxs trabajadorxs de los hoteles y de los espacios públicos) en el proceso de adopción de decisiones para determinar las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad y la salud en el lugar de trabajo y proporcionen información transparente y oportuna a lxs trabajadorxs y sus sindicatos sobre el número y la ubicación de las infecciones y la información más actualizada sobre la enfermedad

  • Promulguen leyes y políticas que garanticen que todxs lxs trabajadorxs, incluidos los del sector no estructurado, lxs trabajadorxs ocasionales o subcontratados y los de la economía de plataforma reciban subsidios de licencia por enfermedad con los que puedan vivir durante cualquier período de cuarentena tras una posible exposición, con o sin diagnóstico, o cuando sus lugares de trabajo o medios de subsistencia se cierren temporalmente para reducir la transmisión de la infección

  • Adopten y apliquen las directrices de la OIT sobre el trabajo decente en los servicios de emergencia pública como política nacional, para proteger adecuadamente a lxs trabajadorxs en la primera línea de la respuesta al coronavirus

  • Pongan en práctica las recomendaciones del ComHEEG y de la OMS/OIT/OCDE "Trabajando por la salud": Plan de acción quinquenal para el empleo en el sector de la salud y el crecimiento económico inclusivo, y aumentar considerablemente la financiación de los servicios de salud pública, incluida la investigación de las enfermedades infecciosas en el sector de la salud pública

  • Instituyan medidas contra la austeridad y reformas macroeconómicas positivas necesarias para promover el bienestar social y económico de lxs trabajadorxs y crear sistemas públicos sólidos, incluidos los sistemas de salud pública

  • Garanticen la protección de los derechos de lxs migrantes y lxs refugiadxs como parte de la respuesta nacional al COVID-19 y combatan todas las formas de xenofobia y racismo

La ISP seguirá respaldando las acciones de las afiliadas para lograr estos objetivos:

  • Realizar intervenciones políticas en organizaciones internacionales como la OMS, la OIT, la OCDE, las instituciones financieras internacionales y los órganos regionales de toma de decisiones

  • Difundir a lxs trabajadorxs información actualizada y asesoramiento de la OMS, la OIT y otras fuentes internacionales pertinentes, incluidas las autoridades regionales y nacionales

  • Desarrollar acciones conjuntas de medios y comunicación con las afiliadas y socios de la ISP

  • Realizar encuestas para la promoción basada en pruebas para mejorar la acción, defender los derechos democráticos y plantear las preocupaciones de lxs trabajadorxs

  • Facilitar el intercambio de experiencias y la construcción de la solidaridad internacional en apoyo de las luchas de los sindicatos de cualquier país por lxs trabajadorxs y los derechos sindicales

  • Emisión de carteles, folletos y volantes, material educativo para la acción y actualizaciones periódicas de la información de orientación

  • Facilitar el intercambio de información de las afiliadas y organizar sesiones educativas, incluyendo seminarios web

  • Elaborar y difundir cláusulas modelo de negociación colectiva, y cartas/peticiones a los responsables de la toma de decisiones

Conclusiones

Las tareas por delante son desalentadoras. Pero si aprovechamos el tiempo y trabajamos unidos, podemos detener la ola del brote y redefinir la arquitectura de nuestra comunidad global para asegurar que la salud de la gente siempre esté en primer lugar. Debemos forjar la solidaridad en nuestros lugares de trabajo, localidades, naciones y en todo el mundo, y hablar con una sola voz; las personas deben estar por encima de los beneficios para superar esta pandemia y construir un mundo mejor.

La pandemia COVID 19 está demostrando lo frágil que es nuestro planeta y su población. Y muestra el fracaso del modelo neoliberal para sacar a la gente de la pobreza y mejorar las condiciones de vida de todxs. Por el contrario, muestra que incluso la economía más rica puede verse dramáticamente afectada. Por eso el mundo no será el mismo después de esta pandemia. Este es el momento de cambiar de una globalización basada en el neoliberalismo. Debemos sentar las bases de un nuevo consenso mundial que ponga la salud y el bienestar de la gente en primer lugar, por encima de los motivos de lucro.

La ISP y sus afiliadas trabajarán en estrecha colaboración con otros sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y comunidades para lograr este fin deseable. Otro mundo sigue siendo posible, en el que la buena salud sea un derecho de todxs y en el que se supere la desigualdad social. Debemos comenzar ha crearlo ahora.

Apéndice

Recursos de la OMS para la protección de los trabajadores de la salud y los integrantes de los equipos de respuesta a emergencias

La protección de lxs trabajadorxs de la salud es una de las prioridades de la respuesta a los brotes de COVID19. Los servicios de salud ocupacional en los centros de atención de la salud tienen un papel importante para proteger a lxs trabajadorxs de la salud y asegurar la continuidad de los servicios de atención de la salud.

Recursos de la OMS para los lugares de trabajo no relacionados con la salud

Los lugares de trabajo no relacionados con la salud, como las empresas y los negocios, también tienen la responsabilidad de proteger la salud y la seguridad de sus trabajadorxs y de los afectadxs por sus operaciones.

Infografía

Prevención COVID-19 en el lugar de trabajo

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https://www.who.int/news-room/detail/09-03-2020-covid-19-for-health-workers