La actividad fue inaugurada por Nayareth Quevedo, secretaria subregional de la ISP en el Cono Sur, quien recalcó la urgencia de fortalecer las instituciones públicas en el contexto de una crisis sanitaria que ha amplificado las desigualdades sociales provocadas por décadas de privatización.

En efecto, la pandemia ha impactado con fuerza a trabajadoras, trabajadores y pequeñas organizaciones y, en cambio, ha beneficiado a grandes multinacionales y a los “súper ricos”, situación que demuestra, una vez más, que las prioridades sociales y los servicios públicos no pueden quedar a merced del mercado. “Esperamos que las graves consecuencias de esta crisis no hayan sido en vano y que sirvan para tomar conciencia global sobre la importancia de construir una nueva normalidad con una nueva economía y desarrollar políticas que pongan a las personas y al planeta por encima el lucro”, indicó Quevedo.

También dieron la bienvenida al evento Nilton de Oliveira, coordinador de los gremios afiliados a la ISP en Paraguay, y Mirtha Arias, representante Subregional del Comité de Mujeres del Cono Sur de la ISP, quienes agradecieron la oportunidad de contar con esta escuela sindical virtual, que ofrecerá capacitación a diversos trabajadores y trabajadoras de los servicios públicos de Paraguay, incluyendo a quienes normalmente no pueden acceder a estas formaciones, por vivir en lugares apartados.

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“Esta escuela será muy útil para ir formando a las generaciones de líderes sindicales que vendrán después de nosotros y esperamos que sea una gran herramienta para ayudarles a alcanzar mejores beneficios para nuestros compañeros y compañeras”, comentó Mirtha.

A continuación, María Fernanda Villegas, especialista del Centro de Estudios del Trabajo (CETRA) que ha participado durante más de 15 años en proyectos de formación sindical en Paraguay a través de la ISP, dio inició al primer módulo de esta escuela, que busca entregar una base conceptual de la realidad de Paraguay y del mundo, desde el ámbito del sindicalismo, el trabajo decente, el rol del Estado, la gobernanza global y las políticas públicas.

Los (desiguales) efectos de la pandemia

La experta explicó que el Covid ha provocado un retroceso mundial generalizado y en múltiples esferas. Sin embargo, los más afectados han sido los países más pobres y dentro de cada país, los más afectados son los sectores más vulnerables, aquellos que tienen menores salarios, menor educación y protección, además de los jóvenes, las mujeres y los migrantes. “La OIT estima que las y los trabajadores en condiciones de pobreza aumentaron en 108 millones de personas en este periodo. Es como si hubiéramos retrocedido cinco años en nivel de desarrollo y en algunos países, el retroceso ha sido de hasta 10 años”, indica.

Las estadísticas también muestran que, a pesar de la pandemia, la riqueza mundial se ha incrementado un 7,4% y que solo el 1% de la población concentra esta mayor riqueza. Es decir, la concentración de la riqueza -que ya era mala antes de la pandemia- ha aumentado, al igual que

desigualdad. El golpe ha sido mucho más radical en algunos sectores, entre ellos India, América Latina y el Caribe.

“En síntesis, el escenario es grave y profundo. El mundo ya era desigual antes y hoy lo es más aún, con grupos mucho más afectados, que tardarán largo tiempo en recuperarse. Los cambios que se están produciendo no son transitorios; el mundo de lo público se va a alterar, también la salud, la educación y el trabajo. Hay un cambio estructural en lo que se refiere a la incorporación tecnológica; un cambio que se habría dado normalmente en 10 a 15 años, ahora se implementó en un año. Y los que se vayan quedado abajo, van a ir generando capas de empobrecidos, de trabajadores que no estarán habilitados para el nuevo mundo”.

Trabajar en forma colectiva y sindical

Como trabajadores y trabajadoras públicos, las medidas más importantes para enfrentar las consecuencias de esta crisis son tomar conciencia, formarse y trabajar en colaboración. Solo la unión y la fuerza logran resultados

Frente a este panorama, advierte, “lo primero es abrir los ojos para ver la profundidad y la extensión de lo que estamos viviendo” y comenzar a preocuparnos no solo por nuestro metro cuadrado, sino que pensar y actuar en forma colectiva.

“Durante la pandemia, hemos visto que el Estado ha sido fundamental y diversos organismos internacionales han recomendado que, para superar esta crisis, es importante fortalecer el rol del Estado y de las políticas públicas, robustecer los sistemas de protección social y ayudar a los más vulnerables, así como ampliar el espacio fiscal a través del aumento de los ingresos tributarios, impulsando políticas transversales para un nuevo modelo de desarrollo”.

Asimismo, recordó que en la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada el 15 de junio de este año, la OIT hizo un llamado a que la recuperación post pandemia se centre en las personas, basándose en cuatro pilares fundamentales en materia de trabajo y empleo, considerando: la promoción de acuerdos de seguridad social, la formalización de los mercados laborales, la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y el papel de los trabajadores en las plataformas digitales. Estos pilares, acota, deben ser tomados como orientaciones para el movimiento sindical, cuyo actuar también ha sido afectado por las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, por lo mismo, debe trabajar con más fuerza que nunca.

“La historia nos ha impuesto un cambio de ruta y esto incluye abordar los problemas sociales de un modo distinto, involucrando a los sindicatos, construyendo equipos de trabajo y plataformas reivindicatorias que aboguen por el bien de todos. Como trabajadores y trabajadoras públicos, las medidas más importantes para enfrentar las consecuencias de esta crisis son tomar conciencia, formarse y trabajar en colaboración. Solo la unión y la fuerza logran resultados”, concluyó.