Queremos una nueva normalidad con servicios públicos fuertes que transformen la vida desigual de las mujeres

En la primera de una serie de tres seminarios web organizados conjuntamente por la Agrupación Global Unions, Carolina Espinoza, representante titular del Comité Mundial de Mujeres de la ISP, se refiere al papel de los servicios públicos y a la realidad de la primera línea del sector de la salud, un sector en el que las mujeres constituyen el 70% de la fuerza de trabajo a nivel mundial.

Queremos una nueva normalidad con servicios públicos fuertes que transformen la vida desigual de las mujeres

Con esas palabras, Carolina Espinoza, la representante titular del Comité Mundial de Mujeres de la Internacional de Servicios Públicos (ISP) y co-presidenta del Comité Regional de Mujeres de la misma organización, se refirió al papel de los servicios públicos y a la realidad que vive la primera línea del sector salud – que representa el 70% de fuerza laboral femenina, un sector que tiene cuerpo de mujer- y los desafíos para el movimiento sindical, global en el primer seminario web que todos los Sindicatos Globales en una acción inédita, están desarrollando para abordar la problemática de todas las trabajadoras en el marco del COVID-19, a través de contribuciones de sindicatos que representan a distintos sectores y regiones.Hoy correspondió la temática “trabajadoras en primera línea frente al COVID” donde estuvieron presentes representantes los sindicatos globales de los sectores del comercio, del transporte, la hotelería, la agricultura, el periodismo, de las trabajadoras domésticas y de los servicios públicos.

no somos ni heroínas ni mártires. Somos trabajadoras de la salud que necesitamos equipos de protección personal para hacer bien nuestro trabajo, y una nueva normalidad donde los servicios públicos de salud cuenten con los recursos suficientes para provisionar a la población de un derecho humano como es el derecho a la salud

En esa línea, la representante de la ISP describió la vida de las mujeres del sector de la salud pública, donde dijo “sufrimos en tiempos normales con la precarización laboral y la inequidad salarial, y hoy en tiempos de pandemia, esas falencias estructurales de nuestros servicios públicos se hacen más evidentes”.

Espinoza fue ilustrativa a la hora de señalar el triple estrés que viven las mujeres que trabajan en los servicios públicos de salud, tanto en lo laboral, como en lo doméstico y emocional, situación que se agudiza más con el modelo económico imperante, que ha develado que la falta de inversión durante más de 30 años ha sido un completo error.

“La situación es compleja, porque vivimos en un sistema neoliberal donde la escasez en los servicios públicos es crónica, y en el marco de esta pandemia se agrava. No hay ventiladores ni camas de cuidados críticos suficientes, faltan testeos, equipos de protección personal para evitar ponernos riesgo vital y socavar nuestra capacidad para brindar una adecuada atención de salud para salvar vidas”, enfatizó Carolina al tiempo de señalar que estas jornadas extensas se tornan más complicadas aún pues el cierre de establecimientos educacionales y guarderías, recargan a las trabajadoras de la salud de tareas domésticas de cuidado, adicional a las jornadas extenuantes que viven en los hospitales y en la atención primaria.

Otra situación, que relató la co-presidenta del Comité Regional de Mujeres de la Región Interamericana, es la exposición que también viven las mujeres del sector con la violencia de género y el miedo a ser contagiados.

“El personal sanitario es el 12% de la población infectada por COVID en el mundo, y por lo mismo convivimos con el miedo. Miedo por nuestra salud, miedo de convertirnos en un foco de contagio para nuestros seres queridos. En esta coyuntura también hemos sufrido cierto estigma o discriminación por parte de la población que nos ve como vectores de contagio y eso también doloroso”.

En ese sentido, reconoció que, si bien los aplausos han alentado al personal de salud a seguir en la primera línea de esta lucha contra esta pandemia, precisó que “no somos ni heroínas ni mártires. Somos trabajadoras de la salud que necesitamos equipos de protección personal para hacer bien nuestro trabajo, y una nueva normalidad donde los servicios públicos de salud cuenten con los recursos suficientes para provisionar a la población de un derecho humano como es el derecho a la salud”.

Carolina Espinoza, PSI World Women's Committee Titular member

Los servicios públicos son claves para lograr transformar la cultura patriarcal y las causas estructurales de la discriminación que vivimos las mujeres. Por eso decimos, que los sistemas de protección, las políticas públicas provisionadas desde los servicios públicos son esenciales para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas.

Una normalidad con servicios públicos de calidad

Frente al papel de los servicios públicos en esta pandemia, Carolina hizo un llamado a mirar las revelaciones de esta crisis y a poner el énfasis en lo que se quiere construir en esta nueva normalidad desde el movimiento sindical global y organizado.

“Nosotras estamos convencidas de que los servicios públicos son claves para lograr transformar la cultura patriarcal y las causas estructurales de la discriminación que vivimos las mujeres. Por eso decimos, que los sistemas de protección, las políticas públicas provisionadas desde los servicios públicos son esenciales para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas. Queremos una nueva normalidad, pero con servicios públicos fuertes que transformen la vida desigual de las mujeres”.

Además, plateó que la privatización no afecta de la misma manera a hombres que a mujeres, pues cuando los Gobiernos privatizan los servicios públicos o no invierten en el sector salud, educación y servicios de agua y saneamiento, son las mujeres las que tienen que asumir un mayor trabajo y en peores condiciones.

“Debemos considerar que un sexto de la población mundial no tiene acceso a agua potable, y que en África son las mujeres las que deben acarrear este vital elemento a sus hogares, y que mientras las niñas acarrean agua con sus madres, sus hermanos van a la escuela”, explicó.

Por lo tanto, dijo, es clave y estratégico, que se invierta en los servicios públicos porque somos las mujeres las que más accedemos a ellos. “En esta contingencia de pandemia, mucho de estos servicios están quedando postergados para atender la crisis sanitaria, y con ello, repercutimos negativamente en las condiciones de vida de estas mujeres, que hoy más que nunca están viviendo la violencia doméstica”.

Finalmente, planteó que la crisis sanitaria y económica debe ser superada con justicia fiscal como lo plantea la ISP. “Tenemos que pensar esta nueva normalidad, desde una reformar al sistema tributario internacional global, para poner fin a todos los mecanismos de evasión y elusión fiscal, a los paraísos fiscales, con el propósito que el gran empresariado pague los impuestos que le corresponde para invertir en servicios públicos de calidad y promover desde allí la provisión de todos los derechos humanos, como la igualdad de género”.

Video

Las Federaciones Globales están uniendo sus fuerzas para una nueva normalidad en igualdad de género. Este es el primero de una serie de tres seminarias web online dirigido a las trabajadoras en el contexto de la pandemia COVID-19 - "Trabajadoras en primera línea frente al COVID-19".

Trabajadoras en primera línea frente al Covid-19

Próximos webinars:

  • “Alto a la violencia de género en la niebla de la pandemia” que se llevará a cabo el martes 2 de junio de 2020 de 14.00 CEST a 15.30 CEST.

  • “Una nueva normalidad con igualdad de género” que se llevará a cabo el lunes 15 de junio de 2020 de 14.00 CEST a 15.30 CEST.