Promoción de derechos y construcción de una cultura libre de violencia

El martes 19 de octubre se realizó el taller online “Promoción de derechos y construcción de una cultura libre de violencia”, iniciativa impulsada por la ISP en conjunto con sus afiliadas en Paraguay, gracias al apoyo de la central sindical sueca Union to Union.

El taller fue presentado por Nayareth Quevedo, secretaria subregional de la ISP para los países del Cono Sur, y contó con la participación de Mirtha Arias, representante del Comité de Mujeres del Cono Sur y Nilton de Oliveira, Coordinador de los gremios paraguayos afiliados a la ISP.

“El COVID-19 ha expuesto las desigualdades estructurales que se mantenían ocultas como la doble carga a la que se enfrentan las mujeres en muchos hogares, al asumir la responsabilidad del trabajo no remunerado en el hogar al mismo tiempo que el trabajo remunerado. También, expuso la violencia doméstica y los femicidios, que convirtieron a muchos hogares en una trampa muchas veces mortal, donde la vida, la integridad física o psicológica de muchas mujeres estuvieron y siguen estando en riesgo”, señaló Nayareth Quevedo, junto con relevar la necesidad de seguir promoviendo la ratificación e implementación del Convenio 190 de la OIT, como parte de los ejes de la ISP y sus afiliadas en Paraguay , así como también la campaña para conseguir unos servicios públicos de calidad con perspectiva de género.

“La violencia ha sido uno de los flagelos más graves en Paraguay, como en el mundo entero. El feminicidio sigue estando a la orden del día. En nuestro país, una de cada diez mujeres fallece en manos de su pareja o de diferentes maneras. En esta última contienda electoral, también se ha dado con mayor fuerza la violencia política hacia las mujeres y en el mundo del trabajo. A pesar de que Paraguay tiene una ley sobre violencia de avanzada, que tipifica las diferentes formas de violencia, esto no es suficiente. Creo que lo único que puede seguir ayudando a las mujeres son políticas públicas de prevención y de ayuda frente a las diferentes formas de violencia hacia las mujeres”, señaló Mirta Arias al inicio del primer módulo.

Respuestas desde el sindicato

Fernanda Villegas, ex ministra de Desarrollo Social de Chile, directora del Centro de Estudios del Trabajo (CETRA) y relatora frecuente de los talleres formativos de la ISP, dio inicio a la capacitación explicando los orígenes de la violencia de género y definiendo conceptos fundamentales para abordar este tema. Asimismo, detalló los tipos de violencia (psicológica, física, económica, sexual, en el ámbito del trabajo, etc.) y por qué el factor de género es tan determinante al momento de comprender y buscar soluciones.

“Uno de los problemas más complejos es combatir la naturalización de la violencia. En ese sentido, es importante comprender que la violencia no es un asunto personal o interpersonal, sino que es un asunto colectivo y de derechos. Así lo consagran todas las distintas convenciones, como la CEDAW o el Programa de Acción de Viena, la Declaración de San José de Costa Rica, la Convención Interamericana, la Constitución del Paraguay y la ley integral contra todas las formas de violencia contra la mujer del Paraguay. Es decir, estamos hablando de un hecho que atenta contra los derechos humanos, contra la dignidad humana y es tan brutal que la respuesta debe tener la misma igualdad”, advirtió la especialista.

Para hacer frente a este tema, desde el sindicato se pueden tomar distintas acciones, señala. “Hay que abrir los ojos, concientizar, formar equipos dentro del sindicato que estén especializados en estas materias, que sepan cómo actuar, cómo hablar y establecer mecanismos internos, como protocolos de acción cuando hay violencia o acoso. Además, como dirigentes, se debe dar el ejemplo, proteger y acompañar a las víctimas, evitar la revictimización y hacer una bitácora que permita llevar un seguimiento de las situaciones que han ocurrido en la organización”.

Adicionalmente, Fernanda Villegas recomienda que los sindicatos incorporen estas materias en sus negociaciones y que los incluyan en las cláusulas de trabajo y en los Comités bipartitos de Seguridad e Higiene. “La violencia y el acoso en el mundo del trabajo también es un tema público y un tema sindical, porque se trata de las condiciones de vida y de salud de los trabajadores. Por eso se deben promover las campañas contra la violencia, en todas sus formas, impulsar la aprobación del Convenio 190 y usar los instrumentos normativos para defender estos derechos. Hay que dejar la desesperanza aprendida e insistir todas las veces que sea necesario para seguir avanzando”.

Políticas públicas que apoyen

En la segunda parte del taller se analizaron casos reales, para que los asistentes pudieran aplicar los contenidos aprendidos en forma práctica y compartir experiencias, instancia que fue muy valorada por las y los dirigentes, quienes coincidieron en que la falta de apoyo y de redes es un factor que lleva a muchas mujeres a callar o aceptar distintas formas de violencia”.

“Uno de los factores de por qué las mujeres han aguantado históricamente la violencia tiene que ver con la falta de autonomía económica. De allí que sea tan importante, para romper el círculo vicioso de la violencia de género y doméstica, incorporar a las mujeres al mercado de trabajo. Hay mujeres que cuando salen de la casa sienten que no van a poder mantener a los hijos, que no van a poder hacer nada, porque no validan sus conocimientos o no se dan cuenta que pueden hacer muchas cosas. A veces, la anulación de su identidad es tal que no logran verlo y por eso algunas se tardan de 7, 8, 9 o10 años antes de denunciar, si es que lo hacen. Por eso la política pública es muy importante; tiene que acompañar estos procesos, promover que las mujeres sean autónomas económicamente, crear programas que ayuden a la inserción laboral y que además cuiden a los hijos mientras las mujeres están trabajando. Tiene que darse esa triada”, precisó Villegas.

Para finalizar, la especialista hizo un llamado a concientizarse, unirse y movilizarse para combatir el flagelo de la violencia hacia la mujer. “Tenemos que tratar de transformar la realidad y e ir revisando nuestras propias prácticas, porque todos estamos imbuidos en un modelo y en un sistema machista. Tanto mujeres como hombres reproducimos el modelo patriarcal, no porque seamos malas personas, sino porque vivimos en un mundo que ha naturalizado la discriminación contras las mujeres. Todos somos responsables de que esto cambie, en los hogares, en el sindicato y en el espacio laboral. Hago una invitación a no quedarse quietos, a cuestionarse las propias prácticas, a tomar conciencia de sus derechos. Todos los seres humanos nacemos iguales en libertad y en dignidad, eso debemos llevarlo al campo sindical y al campo laboral, pues es allí donde pasamos gran parte de nuestra vida, allí es donde estamos con otros. No nos hagamos cómplices pasivos de la violencia que están sufriendo otras personas. Tratemos de construir un mundo mejor, tenemos las herramientas. El conocimiento es la llave, pero si no hacemos algo con él, no sirve para nada”, concluyó.