Preocupaciones clave en la Declaración Política de Beijing+30: Una evaluación crítica

A pesar de sus ambiciosos objetivos, el documento presenta deficiencias en varias áreas cruciales. Notablemente, la Declaración carece de garantías explícitas para los sistemas de cuidado público e incluye referencias problemáticas a las Alianzas Público-Privadas (APP), lo que podría conducir a la mercantilización de los servicios esenciales.

La Declaración Política recientemente aprobada en la CSW69 genera importantes preocupaciones entre las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos. A pesar de sus ambiciosos objetivos, el documento presenta deficiencias en varias áreas cruciales. Notablemente, la Declaración carece de garantías explícitas para los sistemas de cuidado público e incluye referencias problemáticas a las Alianzas Público-Privadas (APP), lo que podría conducir a la mercantilización de los servicios esenciales.

Si bien menciona la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, no se incluyó ninguna referencia al Convenio 190 de la OIT en la Declaración. Igualmente preocupante es la eliminación de referencias a la transición justa y la ausencia de lenguaje sobre derechos de salud sexual y reproductiva. Estas brechas podrían impactar significativamente el avance de los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

La ISP y otros Sindicatos Globales han señalado estas limitaciones mientras reconocen algunos elementos positivos, como el reconocimiento del trabajo decente - que destaca la importancia del diálogo social y la negociación colectiva - y el acceso universal a los sistemas de protección social - compromiso clave para reducir la pobreza y la vulnerabilidad de millones de mujeres, particularmente aquellas en trabajos informales, sectores mal remunerados o en situación de precariedad. Sin embargo, enfatizan que estos avances vienen con importantes reservas.

Verónica Montúfar Responsable Global de Igualdad de la ISP

Las Alianzas Público-Privadas típicamente resultan en recursos públicos financiando ganancias privadas sin garantizar el acceso universal

Actores clave en este proceso, la ISP y los Sindicatos Globales trabajaron en cuatro otras prioridades para la Declaración más allá del acceso al trabajo decente: 1) la igualdad de género como base para la justicia social y la paz; 2) el reconocimiento de los derechos laborales de las mujeres como derechos humanos; 3) la garantía de igual pago por igual trabajo y 4) la erradicación de la violencia y el acoso en el mundo laboral.

El 69º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69), celebrado en la sede de la ONU en Nueva York, marca 30 años desde la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Si bien la Declaración reafirma los compromisos asumidos en Beijing en 1995, el progreso sigue incompleto. Ningún país ha logrado plenamente la equidad para mujeres y niñas y las brechas estructurales persisten - así como la violencia de género, la feminización de la pobreza y la exclusión de grupos vulnerables siguen siendo desafíos centrales.

De cara al futuro, los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil enfatizan la importancia de mantener la presión sobre los gobiernos. El éxito de la Declaración de Beijing y los acuerdos de la CSW69 dependerá en gran medida del monitoreo activo del movimiento sindical y la incidencia sostenida por políticas basadas en derechos con financiamiento adecuado.

Las APP en los servicios de cuidado

La ISP ha sido particularmente crítica sobre los riesgos de las APP en los servicios de cuidado. "Si bien la inversión del sector privado en los servicios de cuidado puede parecer una solución viable, la experiencia nos demuestra que las APP no atraen la inversión privada para los servicios públicos de manera efectiva. En muchos casos, lo que generan es una mayor precarización del trabajo en el sector del cuidado y el riesgo de convertir derechos fundamentales en negocios", advierte Verónica Montúfar, Responsable Global de Igualdad de la ISP. "Típicamente resultan en recursos públicos financiando ganancias privadas sin garantizar el acceso universal".

La declaración de la CSW69 cierra con una reafirmación de compromisos, pero también con la certeza de que queda un largo camino por recorrer. La lucha por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres sigue enfrentando resistencias, pero la movilización global de los sindicatos, organizaciones feministas y de derechos humanos será clave para transformar los acuerdos en cambios concretos y sostenibles para las mujeres en todo el mundo.