Lxs trabajadores de los servicios públicos, en primera línea de las huelgas masivas

Lxs trabajadores de los servicios públicos fueron aclamados como "héroes'' durante la pandemia de Covid-19. Sin embargo, muchos gobiernos no reconocieron su labor aumentándoles el sueldo o financiando adecuadamente nuestros servicios públicos.

Lxs trabajadores necesitan más inversión pública, niveles seguros de dotación de personal, condiciones de trabajo y salarios decentes. Los gobiernos y las élites en el poder de muchos países se niegan a ceder.

Tras años de recortes, privatizaciones, austeridad y ataques a los servicios públicos y a sus trabajadores, el personal de primera línea se enfrenta ahora a la escalada de los precios de la energía, el aumento de la inflación y el coste de los productos básicos. Se ven obligadxs a soportar la carga solxs, sin que las empresas ni los gobiernos tomen medidas.

Un levantamiento social por los servicios públicos, contra la injusticia social

La injusticia que pueden soportar lxs trabajadores de los servicios públicos tiene un límite y, junto con sus sindicatos, están tomando las calles en acciones industriales masivas. Y lxs usuarixs de los servicios públicos, la sociedad civil y otrxs trabajadores están junto a ellxs.

Desde las históricas huelgas de lxs trabajadores de la salud y la asistencia social, lxs profesores y lxs trabajadores de la educación, lxs bomberos, el transporte y el personal de las agencias nacionales de medio ambiente en el Reino Unido, hasta millones de personas en las calles de las principales ciudades de Francia para luchar contra la injusta reforma de las pensiones; desde Norteamérica, donde lxs profesores están en huelga, hasta España y Suiza, donde el personal hospitalario y de enfermería está harto, lxs trabajadores de los servicios públicos y sus sindicatos están protagonizando una serie de acciones sindicales continuas, que no se habían visto, en algunos casos, desde hace más de 50 años.

Reacciones represivas del Gobierno y de los empresarios

En Francia, el Gobierno está impulsando una nueva reforma de las pensiones que penaliza de forma abrumadora a lxs trabajadores de bajos ingresos y escasa cualificación con trabajos penosos, contratos precarios y carreras intermitentes o incompletas, entre los que las mujeres son mayoría. En consecuencia, los sindicatos franceses -incluidas todas las afiliadas a la CGT, la CFDT y la FO ISP- están contraatacando con un frente unido, sacando a millones de personas a la calle y proponiendo soluciones alternativas, más equitativas desde el punto de vista social, incluida la obtención de una contribución más justa de las poderosas empresas multinacionales del CAC40 para garantizar una jubilación sostenible sin penalizar, una vez más, a los trabajadores y a los más vulnerables. Sin embargo, el gobierno francés se mantiene firme en el aumento de la edad y pretende sacar adelante la reforma sin debate parlamentario.

ataque frontal contra xos trabajadores y los sindicatos en los que se organizan

En el Reino Unido, los sindicatos han estado luchando contra un gobierno decidido a recortar los derechos de lxs trabajadores. En lugar de abordar los problemas subyacentes, el gobierno de Sunak propuso el "proyecto de ley anti huelga", que limitará gravemente la capacidad de lxs trabajadores, en particular lxs de los servicios públicos, para emprender acciones sindicales. El proyecto de ley otorgará al Gobierno británico el poder de establecer "niveles mínimos de servicio" para seis servicios públicos clave: educación, transporte, salud, bomberos y rescate, desmantelamiento de instalaciones nucleares y gestión de residuos radiactivos y seguridad fronteriza. En el proyecto de ley no se detalla el límite de estos "niveles de servicio": el poder de fijar el nivel se otorga al Gobierno, que puede introducir una legislación que imponga restricciones sin acuerdo con los sindicatos. Es evidente que el Gobierno pretende obligar a algunxs trabajadores que han votado democrática y legalmente a favor de la huelga a ir a trabajar los días de huelga.

Los sindicatos británicos afiliados a la ISP están en primera línea de la lucha. UNISON lo calificó de "ataque frontal contra xos trabajadores y los sindicatos en los que se organizan". GMB afirmó que el Gobierno pretendía "utilizar como chivo expiatorio al Servicio Nacional de Salud (NHS) y al personal de ambulancias".  El PCS declaró que "el Gobierno está trabajando contra los sindicatos, sin voluntad de negociar adecuadamente con lxs trabajadores". UNITE pidió al Primer Ministro que "se ocupe de la cuestión crítica de lxs trabajadores que sufren recortes salariales mientras los precios se disparan". FBU, que representa a lxs bomberxs, declaró que "Gran Bretaña ya cuenta con una de las leyes antisindicales más restrictivas del mundo occidental".  El hecho de que lxs trabajadores de la salud recurran a los bancos de alimentos de sus propios hospitales demuestra que los salarios no se han mantenido a la altura de la espiral del coste de la vida en el Reino Unido. 

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UNISON Ambulance workers on Strike around the UK.

UNISON Ambulance workers on Strike

La ola de huelgas también está llegando a las costas de Norteamérica. El mes pasado, 7.000 personal de enfermería de dos grandes hospitales de Nueva York se declararon en huelga para exigir una mejor atención a lxs pacientes. A pesar de la crisis económica, el salario era en realidad una preocupación secundaria para ellxs. Como en otras partes, los problemas de exceso de trabajo, dotación inadecuada de personal y agotamiento, que hacen imposible prestar el servicio de calidad que merecen lxs pacientes, estaban en el centro del conflicto. Después de tres días de acción colectiva, lxs enfermerxs consiguieron mejorar los ratios de dotación de personal y nuevas contrataciones, además de mejoras salariales significativas.

Las gélidas calles del invierno canadiense podrían derretirse con las marchas y piquetes de lxs trabajadores. Foto: FTQ/Front Commun

En Canadá, 120.000 trabajadores de la administración federal, representados por la afiliada de la ISP Alianza de Servicios Públicos de Canadá (PSAC)/Alianza de la Función Pública de Canadá (AFPC), empezarán a votar este mes sobre la convocatoria de huelga. Han rechazado la provocadora oferta del Gobierno de limitar los aumentos salariales a un nivel muy inferior a la inflación, que actualmente supera el 7% anual. El gobierno de derechas de la provincia de Quebec ha propuesto una subida salarial de sólo el 9% en 5 años y "reformas" de las pensiones que reducirán las prestaciones de lxs trabajadores.

Un frente común de federaciones sindicales que representan a más de 500.000 trabajadores del sector público y parapúblico, incluidas las afiliadas a la ISP Syndicat canadien de la fonction publique (CUPE/SCFP) de la Fédération des travailleurs et travailleuses du Québec (FTQ) y Confédération des syndicats nationaux (CSN) ha rechazado con decisión la insultante oferta. Las gélidas calles del invierno canadiense podrían derretirse con las marchas y piquetes de lxs trabajadores.

en Suiza, lxs trabajadores de los servicios públicos están agotados, faltos de personal y sus salarios no están a la altura de las tasas reales de inflación. Foto: SSP-VPOD

Incluso en Suiza, lxs trabajadores de los servicios públicos están agotados, faltos de personal y sus salarios no están a la altura de las tasas reales de inflación. En Lausana, más de 6.000 trabajadores de los servicios cantonales de Vaud (salud, policía, educación, administración pública y servicios sociales) ya han hecho dos huelgas, convocados por el sindicato de servicios públicos SSP-VPOD. Su lucha continúa y se prevén más acciones reivindicativas, ya que el gobierno cantonal, gobernado actualmente por una mayoría de derechas, prefiere conceder recortes fiscales a las empresas privadas y planear una nueva oleada de privatizaciones, todo ello mientras disfruta de un importante superávit presupuestario.

El mundo necesita servicios públicos de calidad más fuertes, ¡ya!

Trabajar en los servicios públicos no es como vender bienes y servicios: es una llamada y lxs trabajadores se sienten atraídos por la finalidad social y colectiva que el trabajo ofrece. Sin embargo, lxs trabajadores de los servicios públicos abandonan su profesión en cifras récord. No sólo porque su trabajo esté infravalorado, sea difícil y esté mal pagado, sino también por la pérdida de finalidad y de ética de sus empleos

Debemos reclamar, reconstruir y reforzar los servicios públicos y la solidaridad social por la paz y por un mundo seguro y equitativo

Esto está ocurriendo debido a la grave falta de financiación de servicios clave y a la externalización de servicios públicos a proveedores privados, que gestionan los servicios con ánimo de lucro en lugar de tener un enfoque de bien público y ejercen una mayor presión sobre lxs trabajadores limitando su capacidad para servir a sus pacientes, usuarixs y comunidades. Por ejemplo, la falta sistemática de inversión en servicios públicos, junto con unas condiciones y una remuneración deficientes, ya ha provocado crisis profesionales, de contratación y de retención en profesiones de la salud y del cuidado muy necesarias en todo el mundo. De hecho, la OMS calcula que en 2030 faltarán 10 millones de profesionales de la salud.

No hay tiempo que perder. Sin una acción inmediata por parte de gobiernos y empresas, los servicios públicos seguirán colapsándose. La magnitud de las crisis entrecruzadas a las que se enfrenta el mundo no tiene precedentes. La crisis climática, las pandemias, la desigualdad arraigada, la discriminación estructural y el agotamiento de nuestros recursos naturales amenazan la esencia de nuestras sociedades. Y el mejor antídoto que tenemos son unos servicios públicos más fuertes y mejores para todxs, que garanticen una dotación adecuada de trabajadores bien formadxs, adecuadamente equipadxs para salvar vidas y con unas condiciones de trabajo dignas y unos sindicatos fuertes para que puedan abordar los retos a los que se enfrentan nuestras comunidades.

La ISP se mantiene firme en solidaridad con todxs lxs trabajadores de los servicios públicos. La Secretaria General de la ISP, Rosa Pavanelli, ha declarado:

"Este momento histórico presenta una oportunidad única para que los sindicatos impulsen la transformación radical que necesitamos: el paso de un sistema en el que los servicios públicos se comercializan con fines lucrativos a un nuevo paradigma en el que se gestionen sobre la base del bien público y se sitúen en el centro de nuestras sociedades como baluartes de la inclusión, la equidad, la sostenibilidad y la democracia.

Sin embargo, muchos gobiernos, élites poderosas, empresas y empleadores siguen actuando como de costumbre, defendiendo un sistema económico fracasado frente a la participación de personas y trabajadores comprometidos con poner a las personas y al planeta en primer lugar.  Debemos aprovechar el momento para reclamar, reconstruir y reforzar los servicios públicos y la solidaridad social por la paz y por un mundo seguro y equitativo".

Ha llegado el momento de la solidaridad con lxs trabajadores de los servicios públicos y sus sindicatos, dentro y fuera de las fronteras. Los sindicatos de todo el mundo están en primera línea de la lucha por unos servicios públicos de calidad y por la justicia social, defendiendo los derechos de lxs trabajadores y unos servicios públicos de calidad para todxs. Ya es hora de que los gobiernos y los empleadores escuchen y tomen medidas concretas para garantizar que sus puestos de trabajo y sus condiciones sean decentes, y que sean tratados con la dignidad y el respeto que merecen.