¡Luchar por la eliminación de la discriminación racial es también luchar por el derecho a la vacuna!

La pandemia de Covid-19 iniciada a comienzos de 2020 ha agudizado las desigualdades en la América Latina y el Caribe, una región estructurada históricamente por una compleja trama de desigualdades socioeconómicas que se entrecruzan y se potencializan con las desigualdades de género, étnico-raciales, territoriales y de edad.

Conforme a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL (2020), la población afrodescendiente en la región asciende a 134 millones de personas, que representa un 21% de la población total. Además, la población indígena asciende a 58 millones de personas pertenecientes a 800 pueblos y que representan un 9,8% de la población regional.

Estas son poblaciones más vulnerables, con acceso a viviendas, salud y condiciones sanitarias precarias y mayor precariedad en la inserción en el mundo del trabajo. Así, en la pandemia están más expuestas a los riesgos de contaminación.

El Brasil sigue siendo el país con más muertes diarias por la Covid-19 en todo el mundo, con un promedio móvil de fallecimientos al día de 2.234 en el 20 de marzo. En la ciudad de São Paulo, varones afrodescendientes son los que más murieron por la Covid-19: 250 en 100 mil habitantes. Entre los blancos fueron 157 por 100 mil, según datos del Instituto Polis. Entre las mujeres, a cada 100 mil habitantes, 140 fallecimientos fueron de las afrodescendientes, contra 85 a cada 100 entre las blancas, según datos del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE).

Estos datos reafirman cuanto impactan negativamente el racismo estructural e institucional en la salud de la población afrodescendiente y de áreas periféricas de las grandes ciudades, porque sufren con prácticas, actitudes y estándares discriminatorios y excluyentes. Además, se suman las comorbidades crónicas como nivel de colesterol alto, hipertensión y diabetes, enfermedades más frecuentes en la población afrodescendiente. El racismo genera situaciones de estrés a lo largo de la vida que pueden desencadenar procesos físicos-patológicos. Una vez asociados a la Covid-19 significan mayor riesgo a esta población.

Por lo tanto, la lucha por la eliminación de la discriminación racial es la lucha por el derecho a vacuna para todas y todos y por políticas públicas para garantizar el bienvivir de la población más marginalizada y vulnerable.

Contexto

El Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Discriminación Racial, celebrado el 21 de marzo, fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1969 y es celebrado anualmente en recuerdo de las 69 víctimas de la Masacre de Shaperville. En 21 de marzo de 1960, en Johannesburgo, África del Sur, 20 mil personas se manifestaban en las calles contra la Ley de Pase, que obligaba la población de piel negra llevar una tarjeta con las regiones donde tenían permiso de circulación. La policía abrió fuego en contra la población desarmada, aunque la manifestación fuera pacífica. Además de las víctimas fatales, hubo 186 heridos.

Bibliografía/ Referencias

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)/Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), “Afrodescendientes y la matriz de la desigualdad social en América Latina: retos para la inclusión”, Documentos de Proyectos (LC/PUB.2020/14), Santiago, 2020.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y otros, “El impacto del COVID-19 en los pueblos indígenas de América Latina-Abya Yala: entre la invisibilización y la resistencia colectiva”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/171), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2020.