La paz y la democracia requieren servicios públicos - y lxs trabajadores que los prestan

En todo el mundo, este Primero de Mayo, lxs trabajadores de los servicios públicos son los cimientos de la lucha por la paz, la solidaridad y la democracia en medio de una escalada de conflictos y crisis.

"La solidaridad es tan importante como una taza de té caliente para alguien que se está congelando, un rayo de sol para quien se esconde en un sótano"
- Yurii Pizhuk, Sindicato de Empleados del Estado de Ucrania

En todo el mundo, este Primero de Mayo, lxs trabajadores de los servicios públicos son los cimientos de la lucha por la paz, la solidaridad y la democracia en medio de una escalada de conflictos y crisis.

Son los defensores de los derechos humanos en el mundo, los que prestan servicios esenciales, los que mantienen a salvo a todo el mundo y los que acuden de inmediato en caso de catástrofe. En tiempos de pandemia, se juegan la vida para salvar vidas. En tiempos de guerra, a menudo somos lo único que se interpone entre la vida y la muerte. No sólo somos la mayor organización democrática del mundo: los sindicatos son la base de las sociedades justas y democráticas.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, esto nos coloca en la línea de fuego.

Los reaccionarios, los belicistas, los autócratas y los populistas de derechas saben que somos la mayor amenaza para sus estrechos intereses. A medida que explotan las desigualdades producidas por nuestro maltrecho sistema económico mundial para avivar las llamas del odio y la división, recurren cada vez más a la violencia para impedir que desafiemos su poder.

Pero, como demuestran nuestros miembros en todo el mundo, la resistencia es posible.

Atacan a los líderes sindicales. Pisotean la democracia. Recurren a la violencia. Pero no nos doblegarán.

En Argentina, las afiliadas a la ISP organizaron una huelga nacional en la que cientos de miles de trabajadores salieron a las calles para desafiar las políticas extremistas del Presidente Milei. Su gobierno está intentando reducir el Estado y reprimir los salarios al tiempo que promueve la privatización y el trabajo precario. Al igual que otros populistas de derechas de todo el mundo que se benefician del sufrimiento de la gente corriente, sabe que los sindicatos no lo permitirán. Por eso una de las primeras cosas que hizo fue tratar de socavar los derechos laborales básicos. Nuestras afiliadas han conseguido sacar a la luz el carácter inconstitucional de muchos de estos ataques. No permitirán que los derechos fundamentales y los principios democráticos se desechen a bajo precio. Estaremos a su lado.

En Kenia, las afiliadas de la ISP del sector de la salud están en huelga, presionando para mejorar el empleo y los resultados en materia de salud para todxs. Llevan meses reclamando la liberación de fondos para la contratación de más de mil médicos internos que han recibido formación y están listos para incorporarse a la plantilla. El Dr. Davji Atellah, Secretario General del Sindicato de Médicos, Farmacéuticos y Dentistas de Kenia, declaró a CNN que esta lucha consiste en mejorar las condiciones y la dotación de recursos del servicio de salud, de modo que el personal esté equipado para salvar vidas "en lugar de limitarse a supervisar la muerte de los pacientes".

En febrero, Davji recibió un disparo de un bote de gas lacrimógeno mientras lideraba una protesta pacífica. Su vida sólo se salvó gracias a la rápida actuación de sus compañeros trabajadores de la salud que estaban a su lado. La presión sobre el gobierno keniano va en aumento después de que afiliadas a la ISP de todo el mundo - incluidos SEIU, Unison, NSWNMA y EPSU - compartieran nuestra indignación por este ataque y nuestro apoyo a nuestrxs compañerxs. El Tribunal Supremo de Kenia ha dictaminado que el gobierno ya no puede tomar medidas represivas contra lxs trabajadores que protestan. Estaremos con ellos.

En Gaza, nuestros miembros se enfrentan a escenas de una devastación inimaginable. Lxs trabajadores del agua luchan por evitar la deshidratación tras la destrucción de tuberías y acuíferos. Cientos de nuestrxs compañerxs del sector de la salud y de ayuda humanitaria han muerto. En una reciente sesión de emergencia de la OMS, nos aseguramos de que se escuchara la voz de Ilias Al-Jalda, vicepresidente del Sindicato General de Trabajadores Sanitarios de Gaza a una Reunión de Emergencia. Compartió su testimonio desde una iglesia bajo bombardeo, describiendo para los líderes mundiales cómo "la Franja de Gaza se ha convertido en un escenario donde los derechos humanos se violan de forma rutinaria" y pidiendo un alto el fuego inmediato. A través de nuestro fondo de solidaridad con Gaza de la ISP, sindicatos de todo el mundo están ayudando a preparar el día en que Ilias y sus colegas puedan empezar a reconstruir su sindicato y el sistema de salud en general. Estaremos con ellxs.

Y mientras la guerra en Ucrania entra en su segundo año, nuestros miembros siguen salvando vidas e incluso han ayudado a evitar una fusión nuclear. Cuando la central nuclear de Zaporizhzhia fue bombardeada, los miembros de Atomprofspilka, afiliada a la ISP, apagaron las llamas. Como señala Lesia Seminiaka, responsable internacional de Atomprfspilka, "cualquier explosión, cualquier incendio, cualquier ataque podría provocar una gran tragedia, otro desastre ecológico". La deplorable táctica rusa del "doble bombardeo" representa un claro ataque contra nuestrxs compañerxs de los servicios de emergencia ucranianos, que intentan rescatar a los heridos y, como consecuencia, son blanco de ataques de seguimiento. En una llamada que organizamos con sindicalistas ucranianos, Yuri Pizhuk, del Sindicato de Empleados del Estado, nos dijo: "Esta guerra no es sólo territorial. Se trata del derecho a una vida libre, a un trabajo digno, a la democracia y a la libertad de elección... se puede volar una escuela o una clínica de maternidad o quemar un edificio... pero eso no nos doblegará".

Atacan a los líderes sindicales. Pisotean la democracia. Recurren a la violencia. Pero no nos doblegarán.

Este Primero de Mayo, lxs trabajadores de los servicios públicos y nuestros sindicatos defendemos la democracia, la sociedad, la paz y la dignidad. Recordamos al mundo nuestros sacrificios pasados durante la pandemia y todo lo que se está haciendo hoy. Sabemos que la lucha nunca es fácil.

Pero la solidaridad es nuestro rayo de sol. Sabemos que cuando nos mantenemos unidos, ganamos.