La pandemia no debe ser una excusa para socavar los derechos humanos

Desde hace ya algún tiempo, hemos estado escuchando el "volver a construir mejor" y otros mantras, como si la mera repetición incesante fuera a curar y reparar todos los daños causados por el Covid-19 y la crisis provocada por “errores humanos” que se agudizaron con la pandemia.

El slogan, sin embargo, contrasta notablemente con la situación de la vida real, en la que a muchas personas se le ha negado el acceso a la salud, los alimentos, el agua o los equipos de protección personal para trabajar con seguridad. Es también muy diferente de las imágenes de detención de manifestantes y uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en lugares como Chile, Ecuador, Estados Unidos, Francia, Liberia, Nigeria y Tailandia; o el acoso y la intimidación de activistas, periodistas, denunciantes e incluso trabajadores de la salud, los llamados "nuevos héroes".

La realización de los derechos humanos en su sentido más amplio es esencial para construir sociedades justas y prósperas

De hecho, muchos gobiernos han utilizado la pandemia como excusa para restringir la libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación, o para introducir restricciones legislativas y medidas tecnológicas que socavan las libertades civiles, según Civicus Monitor, una alianza de grupos de la sociedad civil que evaluó 196 países. Así como muchos otros lo usarán como excusa para volver a imponer la austeridad, como lo hicieron en 2010.

Esta contradicción debilita los esfuerzos para una rápida recuperación y acentúa la falta de confianza de la sociedad en las autoridades e instituciones para abordar los problemas estructurales que conducen a la discriminación, la desigualdad o la exclusión que parecen no tener fin.

La realización de los derechos humanos en su sentido más amplio es esencial para construir sociedades justas y prósperas. "Volver a construir mejor" - como muchos eslóganes en el pasado - no será más que una frase vacía si las palabras y las acciones de los gobiernos no coinciden, y si el respeto de los derechos humanos no está en el centro de todas las medidas para hacer frente a ésta y a futuras pandemias.