La experiencia de una trabajadora de la salud durante COVID-19

Irene Khumalo, Presidenta del Comité Mundial de Mujeres (WOC) de la ISP, ofrece una visión personal de la vida cotidiana de una mujer, madre y trabajadora de la salud durante la actual crisis de COVID-19

Me llamo Irene Khumalo, soy la presidenta del WOC mundial de la ISP y también trabajo como responsable de enfermería en uno de los hospitales públicos de eSwatini (antes conocido como Swazilandia). Estoy casada y soy madre de cuatro hijos. Mi marido trabaja en una empresa de ropa en una de las ciudades de eSwatini y normalmente se queda cerca de su lugar de trabajo. Él viene a casa en vacaciones y en días libres y mis hijos vienen a casa en vacaciones ya que están escolarizados en internados.

La pandemia de COVID-19 es una crisis para toda la población del país, actualmente el número de infecciones es de 184.

Lxs trabajadorxs de la salud están frustradxs porque la pandemia se produjo cuando el país no estaba preparado para responder a ella. El sindicato de enfermerxs Swazilandia Democratic Nurses Union (SWADNU) tuvo que solicitar al Ministerio de Salud y a la oficina del Primer Ministro, respectivamente, que se le proporcionara equipo de protección personal, personal de enfermería adicional y formación en COVID-19 como preparación para la pandemia.

Es difícil ser mujer durante esta pandemia tanto en casa como en el trabajo. Actualmente, eSwatini está en confinamiento parcial, las escuelas y algunas empresas están cerradas incluyendo la empresa de mi esposo, lo que significa que la familia en estos días está en casa.

Desafíos en el hogar

Mis hijos no ven bien estar en casa y continuar con su aprendizaje en forma virtual, a veces tienen una actitud innecesaria que tengo que soportar como madre. Es muy difícil de manejar porque no estamos acostumbrados a estar juntos por largos períodos, la mayor parte del tiempo lo pasan en la escuela. Aunque estoy feliz de estar con ellos durante este tiempo, comen mucho y los precios de los alimentos en los supermercados son altos. Sin embargo tengo que cuidarlos, tranquilizarlos sobre esta eventualidad de COVID-19 y que el país se esfuerza por luchar contra este flagelo.

Como madre tengo que tratar por todos los medios de atender las necesidades de todos y cada uno, tratar de apoyarlos para aliviar sus ansiedades y asegurarles que todo estará bien, mientras que nadie se ocupa de mi estrés.

La empresa de mi marido está cerrada, ya que es una empresa no esencial que vende ropa. Sufro un trauma emocional debido a que él me estigmatiza diciendo que traeré el COVID-19 a casa. Una simple tos por una irritación de garganta significa para él que tengo COVID-19 y se irrita mucho. Cabe mencionar que su compañía está cerrada y le dijeron que su salario será recortado en un 20% afectando su presupuesto y su plena participación en la gestión del hogar. El enojo que tiene por este motivo lo direcciona hacia mí y me está regañando innecesariamente en este momento.

Estoy sintiendo el impacto del confinamiento ya que ha hecho que no nos apoyemos mutuamente sino que nos enemistemos. Al momento que llegas del trabajo te preguntan "qué haces con tu uniforme cuando vuelves del trabajo" como si no supiera qué hacer. Estoy tan frustrada.

En el trabajo

La escasez de equipo de protección personal en el lugar de trabajo también ha generado su efecto y estrés a todxs lxs trabajadorxs. Por esta razón, lxs trabajadorxs decidieron emprender una acción industrial contra el gobierno. Dejaron de ver a lxs pacientxs y se retiraron del trabajo; lxs gerentes de enfermería se vieron obligadxs a trabajar sin equipo de protección personal cuidando a todxs lxs pacientes, incluyendo a lxs sospechosxs de COVID-19 que sólo llevaban una mascarilla quirúrgica o respiradores N95 solamente.

Sólo la oración podría salvarme, ya que como responsable de enfermería no soy inmune a la infección COVID-19; todx el mundo sabe que es una infección altamente contagiosa. El equipo de protección no está aún completo, nuestro gobierno continua luchando para comprar equipo de protección personal. Actualmente dependemos de las donaciones.

Sufro un trauma emocional, miedo de contraer esta mortal y altamente contagiosa enfermedad. Vale la pena mencionar que el ambiente en casa tampoco es saludable. Como madre tengo que intentar por todos los medios atender las necesidades de todos y cada uno, tratar de apoyarlos para aliviar sus ansiedades y asegurarles que todo va a estar bien, mientras que nadie se ocupa de mi estrés.

Las mujeres trabajadoras de la salud tienen que recibir psicoterapia como apoyo emocional.

Recomendaciones

  • Lxs empleadorxs deben suministrar suficiente y completo equipo de protección personal para evitar la exposición al COVID-19. También deben contratar suficiente personal y reducir las horas de trabajo de cada trabajador/a.

  • Se debe asegurar el transporte de las trabajadoras de la salud para protegerlas de la exposición a COVID-19 en el transporte público y de la violencia de género.

  • Los programas de bienestar en el lugar de trabajo deben ser activos para atender todas las necesidades de lxs trabajadorxs de la salud, tanto físicas como mentales. Es frecuente que el personal de enfermería sufran dolores de cabeza y enfermedades no transmisibles relacionadas con la intensidad del trabajo. Lxs trabajadorxs sociales deberían ofrecer todos los servicios que requieran lxs trabajadorxs de la salud.

Salud sexual y reproductiva durante COVID-19

Durante COVID-19, se ofrecen todos los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los servicios preconceptuales, prenatales, de maternidad, de planificación familiar y otros servicios relacionados. Se deben ofrecer porque si se niegan podrían existir altas tasas de muertes maternas, embarazos no deseados y abortos no terapéuticos

Conclusión

Los gobiernos deben garantizar que todxs lxs trabajadorxs de la salud estén protegidxs, que se les proporcione equipo de protección adecuado, si es posible, se les concedan exenciones fiscales para proteger su situación económica, se les concedan subsidios para enfermedades infecciosas y se les ofrezca un seguro médico, como están haciendo algunos países. También que se aumenten los salarios de lxs trabajadorxs de la salud como motivación para trabajar incluso en estos tiempos difíciles de COVID-19.

En definitiva, no es fácil ser esposa, madre y trabajadora de la salud también en estos tiempos difíciles de COVID-19.