Fuerzas contrapuestas se enfrentan sobre el aborto en el mundo.

La finalización del año 2020 y los inicios del 2021 nos muestran varios sucesos políticos que evidencian una correlación de fuerzas diversa, en donde el movimiento feminista, sigue afirmando vientos a su favor a pesar de momentos adversos y posibles retrocesos.

La finalización del año 2020 y los inicios del 2021 nos muestran varios sucesos políticos que evidencian una correlación de fuerzas diversa, en donde el movimiento feminista, sigue afirmando vientos a su favor a pesar de momentos adversos y posibles retrocesos.

En América Latina, al finalizar el año, hemos visto como en Argentina el feminismo (s) se ha consolidado como motor desencadenante de la discusión y final decisión de legalización del aborto, luego de varios años de idas y vueltas. Su accionar en la calle y al interior de la elaboración del contenido legal, hace de la nueva ley, un hito en el enfoque de derechos humanos con la introducción del concepto de “objeción de conciencia” para el personal de la salud que desee abstenerse. Este elemento pone un reto fundamental a la construcción de la política pública, sobre el respeto afirmativo a la “conciencia” de lxs cuidadanxs; así como a la organización de los servicios públicos de atención tanto de la salud como en el campo del bienestar social. Su materialización implicará una nueva gestión del servicio público y de la relación laboral.

El Congreso de Chile inició el 2021 con la discusión de un proyecto para despenalizar el aborto dentro de las primeras 14 semanas, que fue presentado en 2018. El movimiento feminista chileno ha tenido un resurgir en momentos trascendentes del último período como el estallido en este país. "¡Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo!", ha sido una de las consignas que marcaron la nueva puesta en escena en el ámbito legislativo.

Más, otros vientos corren por Honduras cuando una enmienda constitucional ha sido presentada al Congreso el pasado 11 de enero. Este país es uno de los pocos en el mundo donde el aborto está completamente prohibido, y la enmienda propone una nueva cláusula como parte de la reforma constitucional actual. Su objetivo es garantizar que cualquier intento de despenalizar el aborto en la actualidad y en el futuro sea “imposible”. La respuesta feminista ha sido articulada a nivel internacional, para lograr hacer presión política, más si no logra acción y movilización nacional directa la tendencia será más difícil de parar.

Por su parte en Europa del Este, Polonia durante los últimos meses de 2020 experimentó una de las movilizaciones más grandes en tiempos de pandemia que puso al Gobierno en la difícil situación de retrasar la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la sentencia del Tribunal Constitucional del 22 de octubre, que restringe al máximo el aborto. Por ello, hasta el momento no se ha podido implementar el fallo. El movimiento feminista polaco tiene historia en torno a la huelga de mujeres y ha sido un actor importante en el impulso del movimiento global que comenzó a cambiar la historia del 8 de marzo, como una fecha simbólica de combate al patriarcado.

De este modo vemos cómo los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se ubican en la médula del debate mundial de los cuales sus procesos y resultados están en el foco de la discusión también de los servicios públicos, y su cualidad de ser transformadores de las relaciones desiguales de género.