Estudio de la ISP: 8 de cada 10 trabajadorxs de la salud señalan haber sufrido violencia en la pandemia

La violencia en el trabajo reproduce las desigualdades y jerarquías existentes en el sistema patriarcal. Así lo demuestran los resultados del informe “Violencia y acoso en el mundo del trabajo, con perspectiva de géneros, en el marco del Covid”, que recogió testimonios de 1.828 trabajadoras y trabajadores públicos del sector salud en los países de Chile, Perú, Brasil, Colombia y El Salvador, en fines del año 2020.

De acuerdo al estudio, realizado por la Internacional de Servicios Públicos (ISP) con el apoyo de Kommunal, el 78,8% de los encuestados refiere haber vivido alguna situación de violencia o acoso en el contexto de la pandemia. Las personas más afectadas son las mujeres, las y los jóvenes (menores de 39 años), quienes poseen menores niveles educacionales formales, tienen pluriempleo y menor jerarquía en sus organizaciones.

Violencia y Acoso en el mundo del trabajo con perspectiva de géneros: casos de Brasil, Chile, Colombia, El Salvador y Perú

El presente estudio tiene el objetivo de determinar la prevalencia de la violencia y el acoso con perspectiva de género(s), intentando realizar y extraer valores más probables de infidencias y cruces de violencia y acoso con variables sociodemográficas y laborales, incluyendo la percepción de las condiciones de trabajo en contexto de pandemia y su relación con el aumento de la violencia en los lugares de trabajo. Pretende a su vez evaluar la percepción de lxs trabajadores sobre la gestión de la violencia y el acoso y determinar las medidas de prevención y protección sindical ante la violencia y acoso de género(s) en el sector salud.

Estos resultados se dieron a conocer públicamente el miércoles 7 de julio, en un seminario online inaugurado por Nayareth Quevedo, secretaria subregional de la ISP para el Cono Sur, quien recalcó la importancia de la información entregada por el informe, pues corroboran situaciones que se habían advertido con anterioridad y que se han agudizado durante la pandemia, en “uno de los continentes más afectados del mundo, donde dos de los tres países con más fallecidos están aquí”, y a la vez, que presenta desafíos para las organizaciones del sector, “no sólo como actores sociales centrales en la prevención y erradicación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, sino como promotores de políticas que permitan garantizar la igualdad de oportunidades y géneros”.

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En esta actividad realizada el 7 de julio de 2021 se lanzó el estudio del sector salud que se aplicó a finales del 2020 en los países de Brasil, Colombia, Chile, El Salvador y Perú.

Webinario regional "Violencia y Acoso en el mundo del trabajo con perspectiva de géneros"

Carolina Espinoza, vicepresidenta del Comité Regional de Mujeres de la ISP Interaméricas y dirigente de la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada (CONFUSAM), de Chile, señaló que este estudio es una herramienta muy útil para seguir visibilizando los problemas que afectan a los trabajadores de la salud pública, como la sobrecarga laboral, la carencia de las herramientas necesarias para enfrentar la pandemia y la baja inversión pública en el sector salud.

Las acciones que los sindicatos podamos levantar en la región son fundamentales para construir la nueva normalidad que queremos alcanzar

En este contexto, agregó: “las acciones que los sindicatos podamos levantar en la región son fundamentales para construir la nueva normalidad que queremos alcanzar. Es un espacio de oportunidad para mejorar la sociedad en que estamos”.

Posteriormente, Gabriel Casnati, representante de la oficina regional de la ISP en São Paulo, dio cuenta acerca de las principales estrategias y agendas de esta federación sindical internacional para el próximo periodo y señaló que el reciente informe sobre violencia y acoso permite generar evidencias en temas que son centrales para la ISP como las políticas de cuidado y género, los derechos laborales de las y los trabajadores de la salud y la defensa de una salud pública de calidad.

“El convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es una de nuestras principales preocupaciones. Es la primera norma aprobada específicamente con el objetivo de poner fin a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, protegiendo a las trabajadores y trabajadores, independiente de su vínculo laboral. Es un instrumento fundamental que, desde sus inicios, fue impulsado por el movimiento sindical. Ahora, el rol central de los sindicatos es presionar a los gobiernos para que lo ratifiquen en sus países (en América Latina, Argentina y Uruguay fueron los primeros) y luego velar también porque sea aplicado”.

La evidencia de los resultados

A continuación, las autoras del estudio, Luciana Reif, socióloga e investigadora, y Viviana García, directora de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) y especialista en temas de género, violencia y riesgos psicosociales, compartieron los principales resultados del informe, llevado a cabo gracias al patrocinio y solidaridad del sindicato sueco Kommunal.

El estudio, cuantitativo, fue respondido por trabajadores y trabajadoras de la salud pública en los países ya indicados, entre el 13 de noviembre y el 3 de diciembre del 2020, con un total de 1.828 respuestas. Además de recoger las percepciones respecto de las condiciones de trabajo en el actual contexto de pandemia y su posible relación con el aumento de la violencia en los lugares de trabajo, el estudio también tenía por objetivo determinar medidas de prevención y protección sindical ante la violencia y el acoso de género en el sector salud.

Un 81,8% de quienes respondieron la encuesta son mujeres; un 17,9% hombres y un 0,3% que se identifica con otra identidad de género. En cuanto a participación por países, el 57,1% de los encuestados corresponde a Chile, el 21,6% a Brasil, un 8,2% a Colombia, 7,9% Perú y 5,3% el Salvador

Luciana Reif
Luciana Reif

El informe, que analizó cuatro indicadores de violencia y acoso (acoso psicológico, sexual, violencia física y violencia doméstica), encontró elementos comunes en todos ellos; afectan principalmente a los trabajadores jóvenes, a quienes tienen pluriempleo, realizan doble turno, largas jornadas laborales, a quienes trabajan en la emergencia, tienen menores credenciales educativas y son mujeres.

“Las y los trabajadores más jóvenes ingresan al mercado laboral en condiciones más desfavorables, son mayormente víctimas de los distintos tipos de violencia. Esto remite a la idea de que el sector salud reproduce las desigualdades y jerarquías patriarcales, ya que suelen ser los hombres aun siendo proporcionalmente menos, los que siguen ocupando posiciones jerárquicas y de poder al interior de las organizaciones”, acotaron las autoras del estudio.

El sector salud reproduce las desigualdades y jerarquías patriarcales, ya que suelen ser los hombres los que siguen ocupando posiciones jerárquicas y de poder al interior de las organizaciones

El acoso psicológico es el indicador que muestra mayor frecuencia: un 78,8% de las personas encuestadas refiere haber vivido alguna situación de este tipo en el trabajo, siendo Brasil (84,6%) y Perú, con un 84%, los países con mayor índice. En cuanto a las razones que dieron por haber sufrido acoso, las de mayor prevalencia fueron las ideológicas y/o políticas (54%), de clase o contrato (51%).

En tanto, casi un tercio de las y los trabajadores refiere haber vivido alguna situación de acoso sexual, principalmente por parte de pacientes. Este tipo de acoso afecta en mayor proporción a las trabajadoras y trabajadores más jóvenes (35% son menores de 39 años, frente a un 25% en mayores de 51 años), a los pluriempleados (35%), a quienes trabajan en la emergencia (44%) y realizan doble jornada (37%). “La precariedad laboral, la inequidad de género, y la juventud son aspectos centrales que trazan esta mayor prevalencia del acoso sexual”, señalan las investigadoras.

La violencia física sucede en mayor medida entre trabajadores jóvenes (23%) y disminuye con el nivel educativo, aunque es sufrida en igual porcentaje por hombres y mujeres. Si bien su prevalencia es baja entre compañeros (6,8%), superiores (6,5%), subordinados (4,2%) y familiares (9,5%), sube al 21,7% cuando es ejercida por parte de los pacientes, siendo más elevada en países como Brasil (24,5%) y Chile (22,4%).

Respecto de la violencia doméstica -cuya incidencia también afecta el ámbito laboral- se encontró que un 21,6% del total de trabajadores refiere haber vivido alguna situación de este tipo, cifra que asciende al 34,5% en Perú. “De acuerdo a nuestro estudio un 23% de las mujeres la ha vivido, frente a un 18% de los hombres. En un trabajo feminizado, donde el 81,1% de las encuestadas son mujeres, 421 de ellas reconoce haber sufrido violencia doméstica”, indican.

Violencia avalada por las organizaciones

A partir de los resultados, las autoras del estudio señalan la necesidad de comprender la violencia y el acoso en el mundo del trabajo dentro del contexto social e histórico actual. “Los sistemas de salud de la región se caracterizan por el desfinanciamiento, la falta de recursos, el avance de las privatizaciones y una salud mercantilizada, además del aumento de modalidades precarias de contratación a sus trabajadores, exceso de horas extras, pluriempleo y guardias prolongadas. Estas situaciones dan cuenta de un panorama de vulneración de derechos tanto para los usuarios de atención como para las y los trabajadores”, advierten.

Asimismo, recalcan que “la violencia y el acoso en el mundo del trabajo no refieren a situaciones aisladas o individuales, sino que son avaladas y reproducidas por la propia organización”.

Viviana García
Viviana García

Además, se debe tener en cuenta que la feminización del sector salud no es sinónimo de equidad de género, y que es necesario luchar para que la inserción de las mujeres al sector salud sea en condiciones de trabajo decente, repercutiendo también en la ocupación de cargos jerárquicos.

Junto con estos resultados, pudo observarse una segregación en la provisión de elementos de protección personal en el sector de apoyo servicios, que repercutió en mayor prevalencia de contagio de covid-19, lo cual habla de las inequidades al interior de la organización sanitaria.

Todas estas situaciones de discriminación, añade Viviana García, impactan directamente en cómo hacemos nuestro trabajo. Por eso es fundamental avanzar en la ratificación del Convenio 190 y reforzar el rol de las asociaciones sindicales.

“Los sindicatos son la herramienta más importante para que pueda haber transformaciones. Como actores sociales tienen un rol clave en la prevención y erradicación de la violencia y el acoso en el trabajo. Además, deben promover acciones tendientes a generar espacios libres de violencia y acoso hacia mujeres, lesbianas, travestis, trans, migrantes, por sus condiciones de clase, etnia, religión y edad”. Y este llamado es también hacia el interior de los sindicatos: “las organizaciones sindicales también reproducimos modelos, por eso también tenemos que trabajar. Las mujeres no podemos estar ausentes en los lugares de decisión de nuestros sindicatos. Primero modificar hacia adentro, para luego pedir hacia afuera”, concluye Viviana García.