El Ministerio de Sanidad español ha anunciado que el gobierno está poniendo todos los hospitales privados del país bajo control estatal de forma indefinida, para combatir la propagación de las infecciones por COVID-19. El 16 de marzo, hubo 9.191 casos confirmados en el país con 309 muertes relacionadas con el brote.

Esto hace que España, que declaró el estado de emergencia COVID-19 el 14 de marzo, sea el tercer país más afectado fuera de China. La decisión del gobierno es una medida correcta, y confirma que la asistencia a la salud universal sólo puede lograrse dentro de un sistema de salud pública.

Las situaciones de crisis ayudan a revelar realidades más profundas a las sociedades. La asistencia a la salud pública universal es esencial no sólo para frenar los brotes, sino también para garantizar la preparación para las crisis y la plena realización del derecho a la salud.

Esta pandemia debe servir de llamada de atención a España y a los gobiernos de todo el mundo sobre la necesidad crucial de hacer retroceder una historia de décadas de privatización y mercantilización de la salud.

El sistema de salud español ha sido testigo de varias olas de privatización desde mediados de los años 80. En los años 90 se introdujeron una serie de leyes y políticas que promovían las asociaciones público-privadas y la "nueva gestión pública" del sistema de salud público. Esto fue parte de los ataques neoliberales globales a través de los cuales los intereses de lucro de las empresas fueron alabados por encima de los intereses humanos de las personas.

Tras la recesión mundial de 2007-2009 y la crisis fiscal de la UE, la comercialización y el mercadeo de la salud en toda Europa, y en particular en España y otros países más afectados por la crisis fiscal, empeoró.

Los gobiernos se mostraron decididos a recortar los presupuestos a cualquier precio. La salud pública ha sido la más afectada por las consiguientes medidas de austeridad. Se perdieron miles de puestos de trabajo y se congelaron los salarios de lxs trabajadorxs de la salud pública, mientras que se promovió la prestación de la salud privada.

El gobierno español intentó impulsar la mayor fase de privatización de la salud en la historia del país a pesar de la oposición generalizada, incluyendo huelgas y marchas de protesta de lxs trabajadorxs del sector y las comunidades, hace siete años.

Pero el pueblo prevaleció con una acción política y legal inquebrantable, obligando al gobierno a detener la privatización del sector de la salud y la asistencia social. La requisa del sector de la salud privado a esta hora tan sombría, valida el argumento de lxs trabajadorxs del sector en España y de la ISP por una asistencia de salud pública universal.

Mientras tanto, los sindicatos británicos, entre los que se encuentra GMB, afiliada a la ISP, afirman que el Servicio Nacional de Salud británico (NHS) ahora tiene que "hacer frente a una emergencia sanitaria nacional a pesar de estar bajo presión por los años de privatización y recortes".

Para hacer frente a esto, los sindicatos británicos exigieron que el gobierno ponga a disposición las 8.000 camas de al menos 570 hospitales privados del país para el aumento de los casos de COVID-19.

Muchas de las camas estaban "vacías esperando que los ricos se enfermaran, mientras que la gente se moría en los hospitales por falta de cama". La respuesta del gobierno ha sido alquilar estas camas a un costo de 2,4 millones de libras esterlinas por día (es decir, ¡300 libras esterlinas por cama por día!)

Este es el dinero de los contribuyentes que debería utilizarse para combatir el brote. No es el momento de enriquecer a los privados; ¡todos deberían estar en la batalla para luchar contra la pandemia!

El gobierno británico y los gobiernos de todo el mundo deberían aprender la lección de la decisión de España de nacionalizar los hospitales privados y del fracaso demostrado de las políticas neoliberales en el ámbito de la salud y en general.

Lxs trabajadorxs y el pueblo exigirán acciones similares que pongan al pueblo por encima del lucro para detener eficazmente la propagación del nuevo brote de coronavirus en su camino. ¡Nuestra salud no está en venta!.