21 de marzo El racismo y la xenofobia son un peligro para la salud pública
El 21 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial en medio de una pandemia mundial de COVID-19 que ha causado la muerte de más de 10.000 personas, ha infectado a más de 250.000 y sigue propagándose rápidamente en los países.
Genevieve Gencianos
Ante el llamamiento de la Organización Mundial de la Salud para dar una respuesta agresiva, amplia y coordinada a la lucha contra la pandemia, los países están aplicando confinamiento, cerrando sus fronteras e imponiendo las medidas necesarias de distanciamiento social preventivo instando a las personas a permanecer en sus hogares.
Sin embargo, en el campamento de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, que alberga a unas 20.000 personas, diseñado originalmente sólo para 3.000, esas medidas son imposibles. La situación de hacinamiento en el campamento, la escasez de alimentos y la falta de atención a la salud y servicios básicos ya están poniendo en peligro a los habitantes del campamento.
Si bien una medida importante para prevenir el contagio es lavarse las manos con regularidad, lxs refugiadxs del campamento tienen un acceso limitado al agua potable.
en un campamento de refugiados en Lesbos, un grifo de agua sirve a unas 1.300 personas y no tienen acceso al jabón
Muchxs se ven obligadxs a compartir tiendas de campaña y a hacer largas colas para conseguir comida. Con el reciente caso confirmado de infección en un residente local de una isla griega, existe una amenaza real de un brote de proporciones catastróficas si no se establecen medidas de protección de la salud pública inclusivas y basadas en los derechos.
Lesbos es sólo un ejemplo de la situación que lxs refugiadxs y lxs migrantes enfrentan en esta pandemia. A medida que crece el pánico, son lxs más vulnerables, pero son invisibles y a menudo se les excluye de la protección. Lxs que se encuentran en detención de inmigrantes están en riesgo (petición de la ACLU) y muchxs están atrapadxs en los cruces fronterizos como la frontera entre Grecia y Turquía y la frontera entre los Estados Unidos y México - sus difíciles condiciones, la mala situación sanitaria y de salud y el confinamiento los hacen muy vulnerables a la enfermedad y no tienen acceso a la atención de la salud ni a ninguna forma de protección social.
Además, la pandemia esta teniendo lugar en segundo plano de otra amenaza, el auge de los movimientos de derecha, fascistas y racistas.
Estxs actores albergan una peligrosa ideología nacionalista que se dirige a lxs migrantes, lxs refugiadxs, las personas de color, lxs musulmanes y las personas LGBTQI. No sólo se han vuelto más audaces y violentxs, sino que también ocupan cargos públicos.
El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, utiliza un lenguaje ofensivo como el del "virus de China", que puede llevar a que personas de China u otras partes de Asia sean condenadas al ostracismo, si no al peligro, por ataques xenófobos. Esto es completamente inaceptable.
En tiempos de crisis, es fácil culpar al otro, para atacar a los grupos vulnerables y excluirlos de la protección y el acceso a los servicios. Sin embargo, excluir a ciertos grupos sería un gran error.
Lxs migrantes indocumentadxs tienen miedo de acceder a los servicios de salud pública por temor a ser detectadxs y deportadxs. Por ello, es preciso adoptar medidas de protección como parte de la política pública. Debe haber una clara diferencia entre el acceso a los servicios y el control de la inmigración.
El derecho a la salud y a la protección contra la propagación del virus debe incluir a todas las personas, independientemente de su condición, origen, edad, sexo y orientación sexual. Las medidas eficaces y amplias deben basarse en el principio de inclusión y no discriminación, que puede lograrse mediante servicios públicos inclusivos y de calidad. Por consiguiente, las medidas presupuestarias de los gobiernos para una respuesta coordinada deben dar prioridad a los servicios públicos para todxs, incluidxs lxs migrantes y lxs refugiadxs en sus territorios. El conjunto de medidas de intervención de la Unión Europea no puede permitirse descuidar a lxs refugiadxs en las zonas "críticas" como Lesbos en Grecia y en los demás países fronterizos.
Ahora más que nunca, el racismo y la xenofobia no sólo constituyen una violación de los derechos humanos, sino también una amenaza para la protección de la salud pública.
El antídoto contra el racismo y la xenofobia es la solidaridad; y la solidaridad es nuestra arma más fuerte en la lucha contra la propagación del virus.
Como dijo el Director General de la OMS, Dr. Tedros Ghebreyesus, al dirigirse a los Estados Miembros en la lucha contra la pandemia mundial: "La regla del juego es Juntxs".
- Etiquetas (6)