El derecho a la seguridad es un derecho humano: No importa quién seas, de dónde vengas y cuándo te veas obligado a huir

En los últimos cuatro meses, 4,3 millones de refugiadxs ucranianos han accedido a la residencia, los servicios sociales, la educación y el empleo en cualquier país de la Unión Europea de su elección durante un máximo de tres años sin tener que solicitar asilo. Sin embargo, la misma acogida abierta debería incluir a los 2,3 millones de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes de Oriente Medio, el sur de Asia y África.

En los cuatro meses transcurridos desde la invasión rusa de Ucrania, más de 5 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, han huido del país. Sumando esta cifra a los millones de personas que han huido como consecuencia de los conflictos, la violencia y las violaciones de los derechos humanos en muchas partes del mundo, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, informa de que el desplazamiento forzoso mundial ha superado ya los 100 millones de personas este año.

Con unos 4,3 millones de ucranianxs que buscan refugio en Europa, la primera activación de la Directiva de Protección Temporal (DPT) de la UE es un punto de inflexión. La DPT concede a lxs refugiados ucranianos acceso a la residencia, los servicios sociales, la educación y el empleo en cualquier país de la UE de su elección durante un máximo de tres años sin tener que solicitar asilo.

Un sistema discriminatorio de dos niveles para tratar a lxs refugiados es inaceptable.

Sin embargo, la misma acogida abierta debería incluir a los 2,3 millones de refugiados, solicitantes de asilo y emigrantes de Oriente Medio, el sur de Asia y África que han tomado rutas peligrosas para venir a Europa y que siguen sufriendo duros tratos en las fronteras, en los campamentos y en los centros de detención.

Un sistema discriminatorio de dos niveles para tratar a lxs refugiados es inaceptable. Porque mientras los países europeos acogen a lxs refugiados ucranianos con los brazos abiertos, esos mismos países siguen militarizando sus fronteras, construyendo muros como el que separa Polonia de Bielorrusia, cerrando acuerdos con Turquía y Libia para disuadir la llegada de refugiados y, más recientemente, realizando un escandaloso acuerdo multimillonario entre el Reino Unido y Ruanda que externaliza la obligación del Reino Unido de proteger a lxs refugiados. Ha sido necesaria una dramática intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para impedir la salida del primer avión de deportación.

Al otro lado del Atlántico, 20 países, incluidos Estados Unidos y Canadá, concluyeron la Cumbre de las Américas con un Pacto Migratorio que proporcionará a lxs migrantes y refugiados vías legales, una gestión humana de las fronteras, respuestas de emergencia coordinadas y ayuda a las comunidades afectadas por la migración. Se trata de medidas bienvenidas para una región que se enfrenta al desplazamiento forzado y a la migración impulsada por los conflictos, la violencia, la pobreza extrema y los desastres climáticos. De hecho, estos son los mismos factores que están impulsando en gran medida la migración y el desplazamiento forzado en todo el mundo hoy en día, afectando desproporcionadamente a los más pobres y vulnerables.

Los casi un millón de refugiadxs rohingya que se refugian en campos superpoblados en un país pobre como Bangladesh también se enfrentan a la ira de la crisis climática. Las tormentas y las inundaciones arrastran los hogares y ahogan a las comunidades pobres, tanto a la población local como a la refugiada.

Oriente Medio y el Norte de África (MENA), que acoge a la mayor población de migrantes, refugiados y desplazados internos, es también un punto caliente del cambio climático. El África subsahariana, por su parte, está amenazada por múltiples crisis humanitarias, ya que lucha contra choques acumulados, como los conflictos, las condiciones meteorológicas extremas, el cambio climático, las langostas del desierto y la pandemia del COVID-19.

Estas crisis agravadas, que se ven agravadas por las perturbaciones alimentarias, de combustible y económicas derivadas de la guerra en Ucrania, impulsarán sin duda más migraciones y desplazamientos forzados en las regiones más pobres del mundo en los próximos meses y años.

Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP, dice:

Rosa Pavanelli Secretaria General de la ISP

Mientras los países más ricos reciben y acogen a los millones de refugiados ucranianos, esto no debe hacerse a costa de recortar el apoyo a lxs refugiados

"Conmemoramos el Día Mundial de lxs Refugiados en un momento de escalada de los conflictos, conmociones climáticas y un difícil periodo de recuperación de la pandemia del COVID-19. Con la guerra en Ucrania que se está convirtiendo en una crisis económica, de combustible y alimentaria, junto con la crisis climática, no podemos ignorar la realidad de que más personas pobres buscarán refugio de la violencia, los desastres y la pobreza extrema.

Mientras los países más ricos reciben y acogen a los millones de refugiados ucranianos, esto no debe hacerse a costa de recortar el apoyo a los refugiados ni de intercambiar la ayuda al desarrollo con la externalización de las obligaciones y protecciones de los derechos de los migrantes y refugiados a otras partes del mundo, especialmente donde hay muchas pruebas de violaciones de los derechos humanos. Tenemos que poner fin a esta carrera de rearme que beneficia a la industria armamentística y, en su lugar, centrar los recursos en abordar las causas profundas de la pobreza que está impulsando la migración y el desplazamiento forzados.

Todos lxs refugiados tienen derecho a la protección internacional sin discriminación de ningún tipo. El derecho a la seguridad es un derecho humano: no importa quién seas, de dónde vengas ni cuándo te veas obligado a huir. Y mientras recibimos, acogemos y garantizamos el derecho de lxs refugiados a la seguridad y a empezar una nueva vida, debemos seguir esforzándonos incesantemente por abordar los motores y las causas profundas que expulsan a estas personas de sus hogares. Invertir en servicios públicos inclusivos y de calidad, en justicia climática, en políticas de migración y asilo con perspectiva de género y basadas en los derechos, en esfuerzos de consolidación de la paz y de desarrollo sostenible para todos los países, junto con la creación de trabajo decente y la garantía de protección social, son imperativos si queremos reducir los desplazamientos forzados y construir un futuro sostenible para todxs."

#ConLosRefugiados