Desde la educación y la salud hasta los cuidados, la energía, la alimentación, la vivienda, el agua, el transporte y la protección social, durante cuatro días se debatió para hacer frente a los efectos nocivos de la comercialización de los servicios públicos, reclamar el control público democrático y volver a imaginar una economía verdaderamente igualitaria y orientada a los derechos humanos que funcione para las personas y el planeta. Además, se coincidió en exigir el acceso universal a los servicios públicos de calidad, equitativos y transformadores de las relaciones desiguales de género como base de una sociedad justa y equitativa.

La inauguración de la Conferencia estuvo presidida por la secretaria general de la ISP, Rosa Pavanelli, y por la directora de la Iniciativa Global por los Derechos Sociales, Culturales y Económicos (GI-ESCR), Magdalena Sepúlveda. Ambas destacaron la importancia en la centralidad de los servicios públicos para que los derechos humanos y la democracia sean posible, y el rol de quienes se desempeñan en ellos como son las y los trabajadores de la primera línea.

"La alianza que en esa Conferencia queremos consolidar tiene que afirmar que lxs trabajadorxs de los servicios públicos merecen condiciones de trabajo y salarios dignos, merecen derechos sindicales en todos los países, porque los derechos sindicales son derechos humanos”, señaló Pavanelli al tiempo de destacar que “nuestro futuro es público” es un título esperanzador, que afirma la de cambiar el modelo económico neoliberal.

“Queremos volver a los principios fundamentales de la democracia, a la responsabilidad del estado en la defensa y valoración de los bienes comunes, en definir prioridades en el interés general y en el promover un crecimiento económico orientado al desarrollo social y humano, a un progreso colectivo más que a un crecimiento económico que explota el trabajo y los recursos naturales sin respecto de las personas y del planeta”, enfatizó.

Finalmente, destacó que lxs trabajadores públicos son la columna de servicios públicos de calidad, son los guardianes de la independencia y imparcialidad del sistema público, son el radar que percibe por primero los cambios en la sociedad.

La reorganización social de los Cuidados

Entre las reuniones sectoriales de la Conferencia Nuestro Futuro es Público, estuvo la de los Cuidados, organizada por la ISP. No es un secreto que los actuales sistemas de cuidados están desequilibrados y que la mayor carga se la llevan las mujeres. La desigualdad e insostenibilidad de esta estructura ha llevado a un agotamiento a las y los cuidadores, pues la falta de reconocimiento y remuneración genera una contribución invisible, en la que descansa el Estado, así lo explicó Huma Hag, organizadora de servicios sociales del cuidado en la Internacional de Servicios Públicos (ISP).

Aunque por años organizaciones feministas, sindicales y la sociedad civil han discutido el cómo avanzar a un sistema público de cuidados, actualmente el rol del Estado es muy pequeño y privados tienen mucho control. “El cuidado es un trabajo, es un trabajo que tiene dignidad y que es necesario, y se necesitan servicios integrados alrededor de él”, indicó la responsable de los Servicios Locales y Regionales de la ISP, Daria Cibrario, y por este motivo se debe financiar un sistema de cuidados que realmente cuide.

Entre las conclusiones de las experiencias comparadas de países de todo el mundo, recalcó un punto en específico: reivindicar la territorialidad. “En el movimiento municipal internacional, en lo que sindicatos municipales formamos parte, está el concepto de derecho a la ciudad que si incluye el derecho al cuidado”. El problema es que la mayoría de los países tienen la responsabilidad de los cuidados en lo territorial, pero mal gestionada. La exteriorización y privatización de los servicios públicos ha fomentado la desigualdad e inequidad, y quienes han tenido que hacerse cargo de la inequidad son los municipios o gobiernos locales. Por ende, dimensionar y presupuestar la territorialidad, puede ser una buena alternativa para lograr un sistema de cuidados que cuide.

Alternativas Feministas y Servicios Públicos Transformadores del Género

Un panel destacado dentro de la conferencia se llevó a cabo el cuarto y último día de la Conferencia. Llamado “Alternativas Feministas y Servicios Públicos Transformadores del Género” el panel congregó a más de 100 personas en el Hall Central del Centro Cultural La Moneda, y fue moderado por la investigadora de la ISP y Nodo XXI, Camila Miranda. La instancia reunió a mujeres que desde sus distintas realidades hicieron hincapié en la importancia del sistema de cuidados y acuñaron ideas para lograrlo.

La Directora de GI-ESCR, Magdalena Sepúlveda, indicó que la distribución del trabajo según género impacta a las mujeres en el goce de sus derechos humanos, y que una solución frente a esta problemática es incorporar las 5R’s propuestas por la ISP: reconocer el valor social del cuidado, recompensar con protección social, reducir el cuidado no remunerado, redistribuir la carga entre la familia, el Estado y privados, y reivindicar el carácter público del cuidado con una fiscalización progresiva y justa. Además, señaló que “una vía para aumentar el espacio fiscal son los impuestos a los superricos y corporaciones, y una mayor inversión social. Aquí no estamos soñando, existen los medios”.

“Compartimos la responsabilidad”, partió diciendo la Secretaria General de la ISP, Rosa Pavanelli, pues el avanzar depende de la voluntad política, pero también de las y los trabajadores. Es importante que los servicios públicos se involucren en el rol transformador, ya que han sido ejemplo de establecer mejores condiciones sociales y en la regulación del mercado. De este modo, es imprescindible que desfeminicen el cuidado, que apunten a un trabajo verde y sostenible y que, sobre todo, aseguren derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y dignidad a la comunidad LGTBIQ+: “los servicios públicos juegan un papel transformador en la sociedad, asegurando servicios que puedan garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Si no vamos a garantizar estos derechos en los servicios públicos, será más difícil cambiar las realidades en los países en los que estos temas son tabú”, dijo.

Posterior a esta instancia y como continuación del panel, en la Sala Enrique Sazié de la Universidad de Chile, se llevó a cabo el taller de alternativas feministas, moderado por la responsable de Igualdad de la ISP, Verónica Montúfar, Nasheli Noriega, de OXFAM y Ana Clara Cathalat, de GI-ESCR. Lxs participantes discutieron en torno a justicia climática, fiscal y salarial, además de violencia de género y feminicidios, y enfoques feministas y decoloniales, para así sacar un plenario con los puntos de convergencia, con el objetivo de avanzar hacia servicios públicos con enfoque de género.

Las conclusiones que se sacaron del plenario, a nivel de todos los grupos e independiente del tema en específico, es que la ausencia de servicios públicos retrasa la proyección de las mujeres en el trabajo remunerado, que es fundamental quebrar la inequidad salarial y que es importante que se sitúen en todos los niveles, tanto a nivel local, como regional y global. Además, urge mirar la relación tensa entre los servicios públicos que fomentan la vida y los que atentan contra esta, pues al estar ausentes profundizan la violencia hacia quienes los utilizan o dependen de estos.

Las y los asistentes también indicaron que, para lograr un sistema de cuidados integral y armonioso, este debe estar en relación con la protección de la flora y fauna -o sea con los principios del ecofeminismo-, pero entendiendo que no solo las mujeres cuidan. Asimismo, señalaron la importancia de tener servicios públicos con aproximaciones decoloniales, que estén fuertes para asegurar el progreso de la gente, equitativos e igualitarios, y que tengan siempre al Convenio 190 de la OIT como ventana de oportunidades contra la erradicación de la violencia.

La crisis ambiental afecta los servicios públicos y sus trabajadorxs

También en último día de la Conferencia, David Boys, secretario general adjunto de la ISP moderó el panel sobre Justicia Climática que tuvo lugar en el Centro Cultural la Moneda y congrego entre los poniente Ericka Ñanco, la primera diputada nacional mapuche de la región de Araucanía de Chile, Sebastian Berger, Director Ejecutivo del Foro Global de Estudiantes, Ndivile Mokoena, activista y defensora del clima y el género que trabaja con GenderCC Southern Africa en Sudáfrica, además de Rodrigo Uprimny, investigador del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad.

“Los mapuches son gente de la tierra, y por eso siempre hemos protegido a la tierra. El agua, por ejemplo, es un derecho humano universal y cómo es posible que en Chile el agua no sea un derecho humano universal”, afirmo Erica a la plenaria. Por su vez, Mokoena abogo que la crisis climática está llevando a África a una crisis alimentar grave.

El representante de la ISP y moderador del evento recordó que este es un tema también sindical y que debe estar presente en negociaciones por proteger las y los trabajadores de los servicios públicos. “Necesitamos protegernos contra el cambio climático. Tenemos que descubrir como sindicatos cómo negociar por nosotros mismos en este contexto. Y sin duda tenemos que invertir en servicios públicos para poder responder a las crisis climáticas” dijo David Boys.

La Declaración de Santiago

Cientos de voces de diferentes colores y matices fueron escuchadas, y muchas manos escribieron las bases del borrador de la Declaración de Santiago, finalmente expuesta como cierre. El encuentro se transformó en una instancia para ver y escuchar a quienes no comparten las mismas realidades, con el fin de encontrar las similitudes que permitan caminar de la mano hacia un futuro público.

Aún queda trabajo por hacer, lo que se enlazó no debe soltarse y lo que se avanzó no se puede retroceder. Como afirmaron las y los participantes, quedó claro que “cuando nos unimos y luchamos juntes, ganamos”.