A cambiar el curso y el discurso sobre la desigualdad y la crisis global del cuidado con sólo 5Rs

El escenario internacional marcado por la pandemia -COVID 19- ha dado evidencia irrefutable que las condiciones de desigualdad y las dimensiones interseccionales en las que las mujeres se constituyen y desarrollan, se han profundizado, por ello este 8M -Día Internacional de la Mujer- la lucha por la igualdad de las mujeres en toda su diversidad, está más vigente que nunca.

Esta excepcionalidad no exclusivamente ha puesto a la luz la vulnerabilidad de las personas frente a la enfermedad, sino la conmoción política y económica que tal fragilidad trae, siendo el núcleo la vida, su sostén y su mantenimiento, asuntos que están fundamentalmente en manos del trabajo que históricamente se ha atribuido a las mujeres.

El mundo vive una profunda crisis y en el centro están los cuidados y las mujeres. Crisis que ha exacerbado además, la violencia contra las mujeres, contra sus cuerpos, contra sus vidas. Crisis que hay que ¡parar ya!

Si bien la crisis es mundial, se evidencian matices en el Norte Global frente al Sur Global. Por un lado, el desmonte del Estado de bienestar, el avance de la privatización de los servicios públicos, entre ellos los de cuidado, y por otro, el predominio de una ética del cuidado que prioriza a la familia y dentro de ella a las mujeres como actoras “naturales”, desvirtuando el rol de los Estados y otorgando al trabajo “devaluado” de las mujeres” (remunerado o no remunerado) el mayor peso dentro de organización social del cuidado.

Por ello “la salida es un giro al curso y al discurso de la desigualdad y violencia de género; así como también, cambiar la lógica del cuidado hacia un bien público a través del reconocimiento y garantía del derecho humano al cuidado, que descoloque al cuidado del ámbito de la economía y el mercado y lo ponga al centro de la política, al centro de los derechos humanos, aspecto que la ISP está elevando al debate de la gobernanza global y trabajando para lograr la articulación de un movimiento mundial en apoyo”, afirma Rosa Pavanelli, secretaria general de la ISP.

“Hemos iniciado una radicalización en torno de 5Rs que condensarán el trabajo global de la ISP por lograr un movimiento mundial en favor de la reconstrucción de la organización social del cuidado”, como explica Irene Khumalo del Swaziland Democratic Nurses Union (Sindicato Democrático de Enfermeras de Eswatini), y presidenta del Comité Mundial de Mujeres de la ISP.

Las 5Rs para reconstruir la organización social del cuidado son:

  • Reconocer el valor social y económico del trabajo de cuidado (remunerado o no) y el derecho humano al cuidado.

  • Recompensar y remunerar con salarios iguales por un trabajo de igual valor, pensiones, condiciones laborales y protección social.

  • Reducir la carga del trabajo de cuidado no remunerado sobre las mujeres.

  • Redistribuir el trabajo de cuidado entre todxs lxs miembros de la familia y entre lxs trabajadorxs, cambiando la división sexual del trabajo.

  • Restaurar y reclamar el deber y la responsabilidad principal del Estado de proporcionar servicios públicos de cuidado y desarrollar sistemas de cuidado que transformen las relaciones de género.

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