Internacional de Servicios Públicos La federación sindical internacional de lxs trabajadorxs de los servicios públicos

La educación pública es la clave para construir mejores sociedades y más equitativas, que ofrezcan a todxs una oportunidad justa y ayuden a aumentar nuestra comprensión colectiva del mundo. Nuestro futuro depende de que lxs trabajadorxs de este sector sean capaces de hacer su trabajo de forma eficaz, con recursos adecuados, personal auxiliar de apoyo y financiación.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó recientemente una resolución que insta a las naciones a invertir en la educación pública para hacer frente a los impactos negativos de la comercialización de la educación.

EDUCACIÓN PÚBLICA: EL MAYOR IGUALADOR

Sin embargo, en todo el mundo, los gobiernos están invirtiendo poco en la educación y devaluando la labor de lxs maestrxs y del personal auxiliar de la educación. Las corporaciones ven cada vez más al sector de la educación como un mercado para obtener ganancias. Por lo general, esto significa o bien promover la educación privada, que limita el acceso a aquellxs cuyxs padres pueden afrontar este costo, o bien beneficiarse del dinero público mediante la privatización de aspectos del sistema escolar.

Las investigaciones demuestran sistemáticamente que el sistema escolar más eficaz y equitativo es una educación pública universal adecuadamente financiada, brindada gratuitamente a todxs por el Estado y financiada mediante impuestos.

Junto con la Internacional de la Educación, estamos en la primera línea de la lucha contra la privatización y por una educación pública de calidad para todxs.

Defendemos los derechos de lxs trabajadorxs auxiliares de la educación y destacamos la necesidad de asegurar niveles y condiciones de personal adecuados.

Luchamos por la justicia fiscal para asegurar la financiación pública de la educación para todxs y nos oponemos a la austeridad, a los modelos de pago por el usuarix y a los despidos.

Defendemos el derecho a la educación pública en los niveles más altos de la gobernanza internacional, a través de la OIT y el foro de la ONU.

Cultura para todxs

Museos. Bibliotecas. Galerías de Arte. El teatro. Medios de comunicación locales. Estas formas de servicios públicos proporcionan a nuestra sociedad una vida rica y dinámica y al mismo tiempo ayudan a crear una cultura común compartida por todxs. Son fuerzas poderosas para el cambio social, ayudando a definir nuestros valores compartidos y desafiar las estructuras de poder existentes. Sin financiación pública, dejarían de existir o se limitarían a aquellxs que pueden asumir el alto costo de acceso.

Necesitamos una cultura que refleje nuestra diversidad, que levante las voces de aquellxs que de otro modo no serían escuchadxs, que provoque preguntas difíciles y que aumente la libertad de expresión. Necesitamos preservar el patrimonio cultural de las ciudades, comunidades y naciones como un bien público.

Sin embargo, en un mundo en el que el comercialismo se inmiscuye en todos los ámbitos de la vida, tanto la naturaleza de estas actividades como el acceso a ellas es limitado. En una época de austeridad, nuestro sector cultural está a menudo entre las primeras víctimas. Los museos se ven obligados a cobrar entradas, las bibliotecas y las piscinas se cierran, el arte se comercializa, los parques nacionales no reciben fondos suficientes, la prensa es un medio para vender publicidad, el deporte es un gran negocio y la educación se privatiza.

Garantizar la igualdad de acceso para todxs y asegurar que el arte y la cultura no se limiten a reproducir el paradigma económico y social dominante, requiere un aumento de la inversión pública.No basta con que lxs ricxs y adineradxs utilicen la filantropía para financiar sus propios proyectos de vanidad. En su lugar, deben pagar su justa parte de impuestos para asegurar que nuestro sector cultural esté determinado democráticamente y trabaje en el interés del público.

Lxs trabajadorxs del sector público, artistas, pedagogxs, periodistas y trabajadorxs de la cultura encarnan estos valores. Su contribución a nuestra sociedad va mucho más allá de una transacción de mercado. A menudo se ven obligadxs a hacer importantes sacrificios en su trabajo.

Luchamos por un sector cultural bien financiado, independiente de intereses financieros y políticos y capaz de decir la verdad al poder.

Defendemos a lxs trabajadorxs culturales y su derecho a vivir libres de la precariedad y con su valor social reconocido.

Resistimos la insidiosa influencia de las fuerzas del mercado y las fuerzas dominantes del poder sobre nuestra cultura.