• Los cuidados son un servicio público fundamental. Proporciona un apoyo vital a los más vulnerables de nuestra sociedad en función de sus necesidades y de sus derechos humanos.

• Los cuidados los prestan personas: nuestros seres queridos merecen profesionales bien formados, apoyados y valorados.

• El cuidado de las personas vulnerables requiere un enfoque integral y bien financiado. Los sistemas de atención de calidad deben integrarse en nuestros sistemas sanitarios.

Pero durante demasiado tiempo, la comercialización de la asistencia ha antepuesto la obtención de beneficios a nuestras necesidades asistenciales. No trata a los usuarios vulnerables como personas, sino como centros de ingresos y beneficios. Trata a lxs trabajadores no como proveedores esenciales de cuidados de calidad, sino como costes que hay que minimizar recortando los salarios, la formación y los niveles de personal. Cuando lxs cuidadores están infravalorados, mal pagados y trabajan en condiciones precarias, no pueden proporcionar la atención necesaria.

La asistencia privatizada también acaba desviando el dinero público, que debería utilizarse para construir mejores sistemas de asistencia, hacia paraísos fiscales, dividendos masivos y bonificaciones a los directivos.

La atención privatizada socava nuestros sistemas de salud pública e incentiva los malos resultados sanitarios. Los problemas de salud que podrían prevenirse invirtiendo en una atención de calidad se trasladan, en cambio, al sistema sanitario una vez que se agravan. Peor aún, la atención privatizada tiene incentivos para evitar la rendición de cuentas y trata a lxs trabajadores, y a sus sindicatos, como fuerzas opuestas a la maximización del beneficio.

Por ello, la ISP hace campaña y se organiza en favor de unos sistemas públicos de asistencia de calidad bien financiados y dotados de personal bien formado, remunerado y respaldado.

Esto sólo puede lograrse con trabajadorxs que sean recompensados adecuadamente con un trabajo seguro y bien remunerado, y que sean libres de afiliarse y ser representados por sindicatos independientes.

La ISP apoya a lxs cuidadores para que se les valore y tengan lo que necesitan para prestar la atención de calidad y asequible que necesitan los usuarios.

La ISP lucha por una atención pública de calidad y bien financiada, con una plantilla bien formada, segura y recompensada que pueda prestar la mejor atención posible.

Apoyar a lxs trabajadores para que presten la atención pública de calidad que merecen nuestros seres queridos

La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto el papel fundamental que desempeñan lxs trabajadores sanitarios en nuestros sistemas de salud. Trabajan en primera línea, utilizando sus habilidades y conocimientos para garantizar que los más vulnerables de nuestra sociedad reciban los cuidados adecuados.

Muchos de nosotros hemos recibido o tenemos familiares que han recibido cuidados o que los necesitarán en algún momento. Ahora más que nunca está claro que los cuidados son un servicio esencial, son fundamentales para mantener la vida.

El trabajo de cuidados adopta formas variadas en múltiples entornos e implica a diversos grupos sociales, como los niños, los ancianos, las personas con necesidades de cuidados de larga duración y los programas de salud comunitarios. A continuación se enumeran algunas de las funciones del sector asistencial:

• Cuidado de niños

• Atención a personas mayores y discapacitadas (tanto en residencias como a domicilio)

• Servicios de enfermería

• Servicios sociales

• Servicios sanitarios comunitarios

• Atención domiciliaria, transporte y servicio de ocio

Nuestra lucha común

La ISP es la Federación Sindical Mundial que une las luchas de lxs trabajadores de la salud vitales en el sector público y privado.

• La pandemia del COVID-19 ha reforzado la conciencia pública de que el trabajo de cuidados es esencial pero está infravalorado. El problema de los bajos salarios, las malas condiciones y el trabajo de alto riesgo es ahora bien reconocido en la política como un problema de contratación y retención que plantea una barrera clave para el desarrollo del sector para garantizar que se satisfagan las necesidades de cuidado actuales y futuras.

• Como el trabajo de cuidados es una ocupación muy feminizada, el impacto de la crisis de los cuidados ha recaído de forma desproporcionada en las mujeres, tanto dentro como fuera del hogar.

• Apoyamos a lxs cuidadores informales en su lucha por la formalización progresiva, dirigida por lxs trabajadores, y por el reconocimiento como trabajadores del servicio público.

• Promovemos formas más sostenibles y equitativas de financiar los sistemas de cuidados a través de la reforma de la arquitectura global de la fiscalidad y la deuda, y dejando de depender de la costosa y desigual provisión privada. 

• Promovemos la provisión pública de cuidados y la construcción de sistemas públicos de cuidados que transformen el género, con trabajo decente y el reconocimiento del derecho humano a los cuidados en su centro.

La ISP aboga por un nuevo enfoque radical de los cuidados

Poner de relieve la necesidad de repensar urgentemente los cuidados en nuestra sociedad, para integrar la transformación de los roles de género en la organización de sistemas de servicios de cuidados de calidad, universales y públicos, al tiempo que denunciar y oponerse a la privatización, mercantilización y financiarización del sector.

Para solucionar la crisis de los cuidados es necesario dejar de lado las nociones de "economía de los cuidados" y pasar a la organización social de los mismos.

Nuestro Manifiesto de los Cuidados reclama un movimiento global para reconstruir la organización social de los cuidados sobre la base de cinco conceptos clave.

• Reconocer el valor social y económico del trabajo de cuidados (remunerado o no) y el derecho humano al cuidado.

• Recompensar y remunerar el trabajo de cuidados con un salario igual por un trabajo de igual valor, pensiones decentes, condiciones de trabajo dignas y una amplia protección social.

• Reducir la carga del trabajo de cuidados no remunerado para las mujeres.

• Redistribuir el trabajo de cuidados dentro de los hogares, entre todos lxs trabajadores, eliminando la división sexual del trabajo y entre los hogares y el Estado.

• Reivindicar el carácter público de los servicios de cuidados y restablecer el deber y la responsabilidad primordial del Estado de prestar servicios públicos de cuidados y desarrollar sistemas de cuidados que transformen las relaciones de género y la vida de las mujeres, entre otras cosas, financiando la capacidad de inversión del Estado a través de una fiscalidad justa y progresiva y garantizando la igualdad de derechos fiscales de los Estados nación a nivel internacional.

Impulsando el cambio

En colaboración con nuestros afiliados, pedimos a los gobiernos de todo el mundo que tomen las siguientes medidas:

• Invertir en sanidad y cuidados públicos universales y de calidad -incluyendo la salud mental, la atención infantil, la educación de la primera infancia, la atención a las personas mayores y otros servicios de atención social- para garantizar la creación de millones de puestos de trabajo con un trabajo decente que incluya salarios justos y condiciones laborales humanas, y para cerrar las brechas de género en la participación de la población activa

• Garantizar salarios dignos y adecuados y la mejora de las condiciones de trabajo, incluida la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, las oportunidades de formación y la salud y seguridad en el trabajo para los trabajadores de la salud, los cuidados y la educación, incluidos los trabajadores domésticos y de atención domiciliaria.

• Garantizar la equidad y la no discriminación en la contratación, la retención, el acceso a la formación y las oportunidades de promoción para los trabajadores de los sectores de la salud y los cuidados

• Garantizar que se respetan los derechos de libertad de asociación y de negociación colectiva de todos los trabajadores de los sectores de la salud y los cuidados, ya sea en la economía formal o informal, así como su representación en el proceso de toma de decisiones.

• Financiar una protección social universal que tenga en cuenta las cuestiones de género y a la que puedan acceder todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral o su condición de inmigrantes, su origen racial o étnico, su discapacidad, su género, su expresión de identidad o su orientación sexual, y que incluya a los trabajadores de la economía informal.

• Garantizar la accesibilidad de todos a los servicios públicos de salud y cuidados de calidad, incluidos los refugiados y los migrantes, independientemente de su situación.

Cuidados de calidad en todos los niveles de gobierno

Los gobiernos locales y regionales son fundamentales en la prestación de muchos de los servicios de cuidados señalados. Lxs alcaldes, concejales y representantes electos locales tienen el poder de garantizar que lxs trabajadores del sector de los cuidados tengan acceso a un trabajo decente y que los sistemas de cuidados estén totalmente financiados.

La carga de los cuidados recae predominantemente en las mujeres, tanto dentro como fuera del hogar. Los cuidados remunerados y no remunerados se basan en la persistente división sexual del trabajo y, en consecuencia, la mayoría de lxs trabajadores del sector de los cuidados son mujeres y/o trabajadores inmigrantes.

Los cuidados ya no son una cuestión privada de los hogares. Desde el trabajo sanitario de primera línea hasta la prestación de cuidados directos en el hogar; es evidente que la inseguridad laboral, la excesiva carga de trabajo, las condiciones inseguras y el malestar psicológico son habituales para demasiados trabajadores del sector de los cuidados. Estas condiciones son endémicas en todo el sector y no se limitan a ningún lugar de trabajo, función, municipio o incluso país.  

Lxs cuidadores están hartos, un círculo vicioso de falta de personal y deterioro de las condiciones está obligando a miles de personas a abandonar el sector. Si no mejoran los salarios y las condiciones de lxs cuidadores, los empresarios no harán más que agravar la crisis de personal y dificultar la prestación de cuidados de calidad a los usuarios.  

Lxs trabajadores necesitan tener acceso a los sindicatos para negociar colectivamente mejores salarios, condiciones de trabajo como la mejora de la salud y la seguridad en el lugar de trabajo, el acceso a programas de formación, la seguridad social y la protección contra el despido improcedente. Una y otra vez hemos visto cómo se impide a lxs trabajadores afiliarse a los sindicatos y se les niega el acceso a un trabajo decente. Lxs trabajadores organizados y activos representados por los sindicatos nacionales son la única manera de garantizar que lxs trabajadores de los cuidados puedan luchar contra la precariedad y la finalización que se ha convertido en algo endémico en muchos sistemas de cuidados de todo el mundo.

La ISP continuará trabajando directamente con nuestras afiliadas en el ámbito de los cuidados, con el fin de reforzar el poder de lxs trabajadores para garantizar la negociación colectiva, ampliar los derechos sindicales y las condiciones de trabajo decentes, influir en los gobiernos locales, regionales y nacionales y ampliar la afiliación sindical. 

Los programas de austeridad sólo han empeorado la crisis. Los gobiernos de todo el mundo, en su búsqueda de ahorro de costes a corto plazo y para satisfacer la creciente demanda de cuidados, han tendido a alejarse del concepto de acceso universal a los cuidados de alta calidad como un bien público y, en su lugar, a buscar la provisión privada de cuidados.

Proveedores privados que, en última instancia, valoran el beneficio por encima de lxs trabajadores y lxs usuarios de los servicios. En la actualidad, estos proveedores se han integrado en los sistemas de atención social de muchos países y, a medida que los inversores y los fondos de alto riesgo siguen promoviendo la llamada "economía plateada", muchos otros buscan expandirse en el sector.

Está claro que la provisión privada de servicios de cuidados no se traduce necesariamente en servicios de alta calidad. En realidad, ha habido numerosos ejemplos, como Orpea en Francia, HC-1 en el Reino Unido y Regis Healthcare en Australia, que obligan a lxs trabajadores a atender a más pacientes con menos tiempo y recursos.

Los cuidados son un servicio esencial demasiado importante para dejarlo en manos de aquellos cuya principal motivación es la obtención de beneficios. La calidad de los cuidados depende de que lxs trabajadores estén bien pagados, formados y respaldados, algo que el afán de lucro socava inevitablemente. Se necesita urgentemente un nuevo modelo de cuidados que dé prioridad a lxs trabajadores que cuidan de las personas.

A medida que aumentan las necesidades de cuidados, debemos garantizar que las personas tengan acceso a servicios públicos de cuidados asequibles en los que lxs trabajadores reciban una remuneración adecuada y sean tratados con respeto. Es hora de reconocer el valor social y económico del trabajo de cuidados (remunerado o no) y el derecho humano a los cuidados.